— ¿Por qué coño tenemos que estar en un boliche gay?—dijo Cheeto apenas entró a la pista.
—Culpa de Rubén—le contesto Alex mientras bajaba los hombros.
Rubén tenía su mano en la de Mangel mientras se dirigían al bar. Claro, habían ido porque Rubén lo había propuesto. Porque él quería ver cómo era. Y si los chicos no lo acompañaban, iban a ir igual. Y Mangel se había puesto celoso al imaginar las manos de otro sobre su chico así que no le quedó otra que aceptar y obligar a sus amigos también a ir.
—Me han tocado el culo—dijo Cheeto mientras gruñía—. ¡Quieto ahí, guapo, pon tus manos donde pueda verlas!—le dijo a un chico que se le había acercado.
—Joder, Rubén, me debes una y muy gorda—dijo Alex mientras llegaba al bar.
Rubén simplemente giró los ojos y se giro para ver a Mangel, quien sonreía divertido ante la situación de ver así a sus amigos.
—Hola, guapo—dijo Rubén mientras pasaba sus brazos por la nuca de Mangel mientras éste daba toda su atención a su chico de nuevo—. ¿Vienes mucho por aquí?—le preguntó mientras sonreía burlonamente.
—Así es—dijo Mangel mientras se mordía el labio—, busco muchos ukes... tú tienes pinta de ser uno.
—No soy un uke—dijo Rubén mientras le pegaba en el hombro a su amado mientras reía.
Mangel se acercó a la oreja de Rubén, para susurrarle.
—Eso no parecía hace unos días en mi departamento...
—No me dejaste otra opción—dijo Rubén mientras ladeaba con la cabeza y podía sentir como Mangel ocultaba su cabeza contra su cuello para empezar a besarle y dejarle otras marcas.
—No querías otra opción, uke—dijo Mangel mientras agarraba las caderas de Rubén y lo acercaba más contra él.
—Ma-Mangel... está lleno de gente...
—Eso no me impide de estar con mí...
— ¿Tú qué, Mangel?—Rubén se separó un poco para poder ver los ojos oscuros de Mangel mientras éste daba una media sonrisa.
— ¿Qué quieres ser?
—Todo.
—Vale. Que esté lleno de gente no me impide estar con mi amor, mi vida, mi todo...
—Joder—suspiró Rubén mientras agarraba las mejillas de Mangel y lo acercaba para besarlo, para unir sus labios una vez más, para jugar con sus lenguas, para estar pegados... podían estar así toda la vida y no se iban a cansar, ambos lo sabían. Ambos lo querían.
—A ver, tortolos—los interrumpió una voz conocida, Alex—, vayan buscando asientos que con Cheeto llevamos las cervezas y a ver si pueden mantener sus manos lejos de sus pantalones que aún no estoy listo para verlos follar frente a mis ojos, vale.
Mangel se separó sonriendo de Rubén mientras le cogía la mano y empezaban a empujar gente para poder pasar.
Encontraron un lugar cómodo para sentarse, dejando las cervezas sobre la mesa, Mangel y Rubén se acurrucaron en uno de los sillones mientras Alex y Cheeto se sentaban enfrente de ellos.
—Tres veces quisieron tocarme el pito—dijo Cheeto mientras suspiraba y miró a Rubén—. Nunca más te acompaño porque tu novio es un gilipollas celoso...
—Mangel no es mi nov...
Mangel agarró las mejillas de Rubén para hacer que voltee hacía él y le beso con fuerza en los labios, no dejando que termine aquella frase.
—No, claro que no es tu novio—bufó Alex—, porque los mejores amigos siempre hacen eso, eh...
—Ven, Alex, bésame—dijo Cheeto burlándose.
—Gilipollas.
Rubén tuvo que tomar aire al separar sus labios con los de Mangel, mientras observaba como éste se lamía los suyos mientras daba una media sonrisa. Como retándolo a que diga de nuevo que no eran novios.
—Me sorprende como estás superando eso de que tu hijo no es tu hijo—le dijo Cheeto a Mangel. Rubén pudo sentir debajo suyo como Mangel se tensaba.
Alex le dio un codazo a Cheeto mientras suspiraba.
—Es que, tío, no es un buen momento...
—Lo siento—dijo Cheeto apenado mientras bebía su cerveza.
—Vale—dijo Mangel mientras daba una falsa sonrisa—, tampoco es para tanto. No me van a ver cargando pañales, es bueno...
—A menos que adoptes con Rubén—dijo Cheeto mientras sonreía.
—Sí, vale, vamos a seguir metiendo más tensión a la conversación—dijo Alex mientras reía.
—Son dos gilipollas, yo me voy a bailar—dijo Rubén mientras se levantaba.
Mangel no se quedó atrás, lo siguió aunque no se lo pidiera y Rubén sabía que Mangel lo estaba siguiendo porque apenas se detuvo en una pared para girar, vio como su amado estaba enfrente de él tomándolo por las caderas.
— ¿Celoso por qué alguien se me acerqué, mi amor?—dijo Rubén mientras pasaba sus manos por la nuca de Mangel y las subía para entrelazar sus dedos con su cabello.
—Eres mío—dijo Mangel mientras lo tomaba con más fuerza y lo acorralaba contra la pared—. ¿Cuántas veces tendré que hacerte el amor para que lo entiendas?—Mangel empezó a dejar rastros de besos por el cuello de Rubén—. Ni siquiera haber hecho el amor con Lucas te ha quitado eso...
—Con Lucas no hice el amor...—Rubén tomó aire antes de apretarse más contra Mangel.
—Eres mío—repitió Mangel mientras pasaba por debajo de la camiseta de Rubén sus manos frías haciendo que éste se estremeciera ante su tacto y se apretara más contra la pared y su amado—. Y yo soy tuyo. Y ya no tienes que tener miedo, ya no nos van a separar, Rubén...
Rubén se mordió el labio mientras buscaba los labios de Mangel, eran tan adictivos, algo que podía hacer siempre, podía besarlo por una eternidad y aún así nunca sería suficiente. Lo besaba tantas veces como había querido desde que estaban separados, se notaba esa ausencia y aunque se daban miles de besos, ese vació por varios meses jamás desaparecían.
Rubén le mordió el labio mientras sentía como todo el peso de Mangel lo aplastaba de buena forma contra la pared, para sentirlo completamente aunque estuvieran vestidos.
Y Rubén se dio cuenta que Mangel tenía razón, ya no podían separarlos.
No por ahora.
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Uncover.
FanfictionNo se cuando fue que me enamore de él. No se si hubo en realidad un momento específico que dije "estoy enamorado". Creo que más bien se dio solo. No se si esta mal o si esta bien... ¿Pero acaso eso importa? ¿Algo de lo que nosotros dos sintamos... i...