11. Miguel.

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Apenas me levante, agarré mi mochila y me dispuse a salir de la habitación. Caminaba despacio para no despertar a Rubén pero entonces escuché su voz:

— ¿A dónde vas?

Giré para verlo. Estaba sentado en el sofá, con una remera blanca y sus bóxers, me miraba con sus intensos ojos verdes.

—Me voy a lo de Cheeto.

—Así que... ¿te vas sin explicarme nada?

— ¿Qué coño quieres que te explique?

—El vaso...

—Sí, esa maldita verga. Sí, tomé el puto vino cuando dijeron "nunca me he enamorado de mi mejor amigo". ¿Contento? ¿Qué más te tengo que explicar que no sea más obvio, Rubén?

— ¡Esa mierda quiero que me expliques!—gritó—. Se supone que tu no deberías haberlo tomado, se supone que tu no...

— ¿Qué no me enamoraría de mi mejor amigo de casi diez años?—dije mientras sonreía falsamente—. Que, claramente, es un hombre y un jodido homofóbico...

—No soy homofóbico—dijo mientras se levantaba—, solo que esperaba que me lo dijeras, ¿sabes?

—Déjalo así, Rubén...

—No, no lo quiero dejar así. Dime, explícame todo. ¡Soy tu maldito mejor amigo, Miguel!—dijo mientras se acercaba y me agarraba de los hombros—. Soy la persona que más te conoce y... ¿cómo no pude darme cuenta antes?

—Creo que tan bien no me conoces, Rubencito—dije mientras negaba con la cabeza y sacaba sus manos de mis hombros—. ¿Qué quieres saber?

— ¿Desde... cuando?

Suspiré y me apoyé en la pared mientras alzaba los hombros.

—No lo sé. No sé bien desde cuando, solo sé que un día sentía unos terribles celos y... y yo creía que era algo normal, ¿sabes? Es normal tener celos de los amigos—como Rubén asintió, pude adivinar que él también estaba celoso algunas veces—. Pero, dios, después empecé a sentir otras cosas. Tenía... tenía muchas ganas de abrazarte, de... besarte—admití y bajé la cabeza para no ver su expresión—. Claramente, no sabía que pasaba, estaba tan confundido. Cuando te pusiste de novio con Jannies, fue la oportunidad perfecta para decirme que me olvide de ti, que no tenía oportunidad. Pero luego vino el beso de la fiesta—dije mientras negaba con la cabeza y no pude evitar sonreír, lo recordaba todo tan bien—. Creí que... que con ese beso se me sacarían las ganas, que ya había tenido lo que quería... pero no, joder, se fue aumentando. Fue haciéndose cada vez mayor. Y luego, te veía con Jannies. Y solo pensaba... "pero esos labios me besaron también, ¿cómo puede ser que no sintiera nada y yo me estoy sintiendo un condenado?". Tú no sabes lo mucho que llegue a odiarme, Rubén, porque no sabía lo que me pasaba. No... no podía dejar de pensar que algo estaba mal en mí, que no era normal. A veces, todas las noches, deseaba no quererte más, deseaba no haberte conocido para no sentir esto. Me estaba volviendo loco, Rubén. Así que, cuando tu y Jannies, decidieron vivir juntos... me dije "bien, es tu oportunidad de empezar de cero", y caí que no era gay, que no me atraían otros chicos. Yo solo me había enamorado... de ti. ¿Había algo mal en eso? No lo sé. Empecé a salir con chicas, empecé... empecé a olvidarte, Rubén. Cuando te miraba, ya no sentía el dolor que me dabas, solo te veía como mi mejor amigo de toda mi vida, ya me había olvidado lo que se sentía amarte así. Y, joder, odio que ese sentimiento vuelva—lo miré, pude notar que había lagrimas en su mejilla y pestañee para alejar las mías—. Vuelvo a sentir lo mismo de esos años, como si... los tres años sin vivir contigo... solo hubieran sido una etapa, para volver a la realidad y darme cuenta que... jamás voy a dejar de amarte. Y por eso me tengo que ir, Rubén.

—Miguel...—dijo mientras estiraba un brazo e intentaba cogerme la mano, pero rápidamente me separé. No quería que me tocara. ¿Es que aún no entendía? Hasta mirarlo me dolía.

—No... no trates de detenerme, te lo pido.

—Mangel, no quiero alejarme de ti—susurró y a lo último su voz se quebró.

— ¿Estás enamorado de mi?—ya sabía la respuesta, pero necesitaba hacerle la pregunta.

Rubén simplemente cerró los ojos y negó con la cabeza.

Fue más doloroso de lo que esperaba. Creo que mil apuñaladas hubieran dolido menos.

—Entonces, no tengo nada más que hacer aquí.

—Miguel...

—Realmente, me hubiera gustado ser una chica—confesé—. Capaz así... tendría más oportunidad de estar contigo. Pero que cruel que es Dios, ¿no? Dicen que tenemos que amarlo, pero, ¿por qué lo amaría yo? Si por ser un chico estoy perdiendo a mi mejor amigo.

—Para, por favor—dijo mientras se secaba las lágrimas de las mejillas—. Quédate, intentaremos arreglarlo...

— ¿Arreglarlo?—lo interrumpí—. ¿Te refieres arreglarme? ¿Crees que soy un jodido enfermo por enamorarme de ti?

—No, Mangel, no quise decir eso...

—Gracias, Rubén—dije mientras agarraba la mochila y me la ponía en la espalda—. Me hiciste entrar en razón. Ya vendrá Cheeto a buscar a Johnny.

—Mangel, lo siento—probablemente eso era lo último que le escucharía decir.

Sin mirarlo, sin detenerme por un minuto, salí del departamento de mí... "mejor amigo".


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Sinceramente, me dolió un montón escribir este capítulo. No dejaba de llorar mientras lo hacía. Son algunos sentimientos... encontrados. 

Gracias por todo el cariño que le están dando a este fic y a mi, los quiero.

¡NO HAY PAN PARA TANTO CHORIZO!

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