Habían pasado tres días desde la última vez que vi a Mangel, me había olvidado lo guapo que era en persona. Solamente lo miraba en fotos, pero cuando lo volví a ver, podía sentir como la respiración iba más rápida.
Y aún tenía su abrigo. Lo guardé con la excusa de ir a devolvérselo yo mismo, aunque no me había tomado el valor de ir, hasta hoy.
Realmente quería arreglar las cosas con Mangel, para que sean como antes y quizás... mejor.
No le había dicho nada a Mangel que iba a ir a devolvérsela por mi cuenta, quería darle una sorpresa y ver como se lo tomaba.
Estaba debajo de su departamento, respirando hondo.
No sabía si entrar directamente, ya que seguía teniendo la llave o tocar timbre.
Decidí tocar timbre.
Me sorprendí cuando una chica con el cabello castaño oscuro, ojos claros y en pijama salió abrirme.
— ¿Hola?—dijo sonriendo.
Sabía quién era. Era Sofía, ya la había visto en fotos.
« ¿Así que por esta me cambiaste?»
—Hola—la saludé ignorando mis pensamientos—. ¿Está Mangel?
—Sí, pasa. Debe estar en el baño. ¿Tú eres...?—dijo mientras caminaba hacía la sala y se sentaba en el sofá mientras me miraba.
—Rubén—dije mientras me apoyaba en su barra y le di una mirada. Era bonita, podía admitirlo... pero aún así no entendía como alguien como ella podía estar con Mangel. Obviamente, Mangel tenía su encanto, lo sabía. Pero aún así no entendía... ella no me parecía alguien que esté a su altura. Aunque nunca nadie podría estar a su altura, Mangel era especial, él no se merecía a una simple chica, él merecía más...
— ¿Rubén?—la voz de Mangel me sacó de mis pensamientos. Voltee a verlo, llevaba el pecho descubierto y solo una toalla que lo tapaba de la cintura para abajo. Joder.
Ojalá no me hubiera puesto rojo al verlo así.
— ¿Qué haces aquí?—preguntó mi amigo, le dirigió una mirada a Sofía pero ella estaba ocupada viendo la televisión. No la entendía, ¿cómo podía estar viendo la televisión cuando tenía a su novio casi desnudo? Es que si yo era ella... joder, no existiría esa puta toalla.
—Vine a devolverte el abrigo—dije mientras le mostraba una bolsa.
Mangel asintió y luego miro su toalla, como dándose cuenta que aún estaba desnudo.
—Luego te llamó—me dijo Mangel, antes de darse vuelta: me guiño un ojo.
Me quedé mirándolo hasta que cerró la puerta de su habitación a su espalda.
—Un gusto en conocerte, Sofía—dije mientras caminaba hacia la puerta.
—Igualmente, Rubius.
No me detuve al escuchar mi apodo. Ella claramente sabía quién era yo y yo sabía quién era ella. Solo... me preguntaba si sabía o si notaba, lo que significaba Mangel para mí.
Aunque todos parecían saberlo menos yo.
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Uncover.
FanficNo se cuando fue que me enamore de él. No se si hubo en realidad un momento específico que dije "estoy enamorado". Creo que más bien se dio solo. No se si esta mal o si esta bien... ¿Pero acaso eso importa? ¿Algo de lo que nosotros dos sintamos... i...