Capítulo 7

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Estamos Blai y yo en uno de los límites de La Niebla. Nos han llevado hasta allí con un ovalair comunitario. No nos han dejado pasar por casa a recoger nada. Ni siquiera nos han dejado despedirnos. Se mueven con precaución, vigilando que nadie vea nada de lo que está sucediendo. Aunque ya es de noche, a estas horas ya no hay nadie fuera de casa. Los horarios no lo permiten.

De en medio de la niebla densa de la frontera vemos salir dos hombres con un ovalair doble cada uno. Van enmascarados, como todos los que trabajan allí dentro. Son los guardianes de la niebla. Visten ropas blancas que les cubren todo el cuerpo y llevan una máscara en la cara para no respirar ese aire.

Nos hacen subir a Blai y a mí a las segundas plataformas del ovalair. Nos miramos. Veo miedo en sus ojos, aunque hace lo posible para demostrar que no lo siente. Pero es imposible no tener miedo en una situación así, sin saber lo que nos espera.

Los dos ovalairs se empiezan a mover y perdemos el contacto visual. Mi guardián y yo vamos detrás de ellos. Los hombres siguen con la máscara y, además, una cúpula transparente se extiende sobre ellos aislándolos del aire herméticamente. A nosotros no nos han dado ninguna ropa especial ni ningún tipo de máscara. Espero impaciente a que mi cúpula se abra también.

Nos acercamos cada vez más a la niebla y no lo hace. Chillo, grito e intento bajar de un salto. Pero, al igual que cuando me rebelé contra la máquina a la hora de la comida, aquí se extienden dos placas que se cierran alrededor de mi cintura y me atrapan los brazos. Oigo a Blai gritar cuando entra dentro de la niebla desprotegido. Gritos de agonía que resuenan en mi cabeza mientras yo también me acerco. Su imagen es engullida por el humo blanco, y los gritos cesan.

Cuando llegamos al límite pienso rápido. No respiraré. Cojo aire y me contengo. El pelo me hace cosquillas en la raíz. Me escuece la piel y no puedo rascarme. Me muevo de un lado a otro intentando liberarme, pero es inútil. No hay nada que hacer.

Los pulmones queman exigiendo aire, pidiendo que respire, pero sé que será peor si lo hago. El hombre de la cúpula me mira fugazmente a través de la máscara. Me parece ver compasión en su mirada.

Comienzo a marearme por la falta de aire. Aunque yo no quiera, mi cuerpo no obedece mis órdenes. Cojo aire, tanto como puedo, y la niebla entra dentro de mí a cada inspiración. El mareo aumenta. No duele. No pasa nada, todos los mitos sobre la niebla son falsos.

Pero entonces... ¿Por qué llevan tanta protección los guardianes?



Holaaa, se que dije que subiria ayer pero se me olvidó, lo sientooo.
Bueno aquí está este capítulo. Es cortito pero era necesario cortarlo aquí para separarlo de lo que sucede a continuación. Lo veréis el martes (me pondré una alarma para que no se me olvide). Espero que os haya gustado el capítulo, o por lo menos que os haya dejado con la intriga para saber más jajajaja
Ya sabéis os agradecería muchísimo que votarais, comentarais o me enviarais un mensaje con vuestra opinión sobre la historia. No es porqué quiera montones de votos, vistos y comentarios, simplemente lo que me gustaria saber es que os parece, si os gusta, si hay algo que no, algo que debería mejorar... cualquier cosa os lo agradecería muchisimo :)
Besooos :*

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