Capítulo 8

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Abro los ojos. Miro a mí alrededor. Me encuentro en una habitación con una fuerte luz blanca. Los vuelvo a cerrar instintivamente. ¿He muerto? ¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado? No recuerdo nada.

Observo detenidamente la habitación. Las paredes son de color blanco, lisas. Hay un chico en la cama de al lado. Sólo puedo ver su pelo naranja y unos números en su cuello. Duerme.

Me incorporo y siento como unos cables se tensan en mis brazos. Duele. Un grito escapa de mi cuello sin que pueda contenerlo. Si hay alguien aquí, debe haberme escuchado. Ya no puedo escapar.

Aparece una mujer en la habitación. Ha entrado tan silenciosamente que ni me he dado cuenta. Me mira con ternura. Sus ojos son de color marrón al igual que su pelo. Es curiosa. Nunca había visto a alguien así. No es de ninguna de las cinco etapas de La Niebla.
Lleva una ropa blanca que la cubre de arriba abajo. Se parece a la de alguien que he visto hace poco, pero no recuerdo a quién.

- Hola -me saluda con una voz suave-. ¿Cómo te encuentras?

- Me molestan estas cosas -respondo moviendo los brazos que tengo atados con cables.

- Tranquila, ahora te los quito -se acerca donde estoy y pulsa un botón de un aparato que tengo detrás-. Quizá te duele un poco ahora -me advierte mientras me coge uno de los cables de la mano-. Dime, ¿cómo te llamas?

- A... a... -tartamudeo. No sé quién es esta mujer tan extraña. Mis números están en mi cuello, no necesita mi nombre.

- No se lo digas, Axia -escucho su voz. La del chico de la cama de al lado. Me resulta familiar. Me giro hacia él y entonces recuerdo quién es. Blai. No estoy sola, seguro que él sabe qué hacer. La mujer extraña ríe. El mismo Blai ha dicho mi nombre-. ¿Dónde estamos?

- Estáis en un hospital, cerca de la frontera con Estados Unidos. Ahora vuelvo, avisaré de que habéis despertado.

La mujer sale de la habitación y Blai y yo nos miramos.

- ¿Dónde está eso? -le pregunto.

- No tengo ni idea. No me suena de nada ese nombre. Y la mujer ésta era muy rara, no me fío. Quizá nos quieren hacer pruebas. Tú no digas nada de nada. Déjame hablar a mí, ¿de acuerdo?

Asiento con la cabeza, no puedo decir nada, no entiendo nada. Tengo demasiado miedo.

- Buenos días -nos saluda amablemente un hombre que entra en la habitación acompañado por la mujer de antes. El color de su cabello y sus ojos son como los de ella, igual de extraños. Se acerca a mí y sin avisar me enfoca con una luz potente a los ojos que me ciega. Grito. No veo y comienzo a mover los brazos hasta que le doy un golpe.

- Eh, eh, tranquila -me dice la mujer con una voz calmada-. ¿Cómo me has dicho que te llamabas? ¿Aixa?

Me giro hacia Blai antes de corregirla. Aunque veo una mancha negra aun, debido a la luz, veo que me dice que no con la cabeza. Quiere que mintamos, que no digamos quien somos.

- Sí, Aixa.

- Muy bien Aixa. Y él, ¿cómo se llama? -no respondo, no sé que tengo que decir-. ¿Cuál es tu nombre? -le pregunta directamente al chico de pelo naranja.

- Bl... Bla... Creo que empieza así... -responde Blai. ¿No recuerda nada? ¿No recuerda su nombre? Yo tampoco recuerdo muchas cosas, mi mente está borrosa, no sé cómo he llegado hasta aquí. No sé por qué estoy aquí.

- ¿Puede ser que te llames Blas? -pregunta el hombre. Se forma el silencio en la habitación.

- Sí -responde Blai de repente-. Este es mi nombre.

- ¿Sois gemelos? -pregunta de nuevo la mujer mientras va apuntando en una libreta.

- ¿Gemelos? -inquiere Blai con cautela.

- Sí, los hermanos que nacen el mismo día -aclara con comprensión-. Sois muy parecidos, los dos pelirrojos y de ojos verdes.

- Sí, nacimos el mismo día -afirma Blai. Aunque no nos ha quedado muy claro qué ha querido decir la mujer.

- ¿Y recordáis de dónde sois? ¿Cómo llegasteis a las montañas?

- ¿Montañas? -pregunto. Obtengo la mirada desaprobadora de Blai.

- No recuerdan nada... -habla por ella misma. El hombre se pasea por la habitación. Primero hasta Blai, luego se acerca a mí. Le dejo que me inspeccione, Blai no se ha quejado.

- Amnesia -le dice el hombre a la mujer, antes de que los dos salgan de la habitación.

Blai se levanta de la cama. Me fijo en que nuestra ropa ha desaparecido. Llevamos unas ropas blancas y largas con un símbolo que también está en las sábanas. Debe de ser el símbolo del lugar donde estamos.

Se acerca y me pide para sentarse en el colchón. Le hago sitio, sube a la cama y se sienta a mi lado.

- El plan es éste. Averiguar dónde estamos. Comportarnos con naturalidad para qué no se den cuenta de que no somos de aquí. Puede ser mucho más peligroso que si nos hubiéramos quedado en La Niebla siendo diferentes. Axia, tenemos que hacer ver que no sabemos nada. Creen que hemos olvidado todo, y eso nos da ventaja. Si queremos sobrevivir... Debemos sobrevivir para poder volver a La Niebla... Tenemos que encontrar la manera de volver. Propongo esperar unos días, a ver qué quieren hacer con nosotros. Si vemos que nos quieren atacar o estudiar, escaparemos. No sé dónde vamos a ir, porque no sé dónde estamos, esto no es La Niebla. Aquí nada es lo que parece.

Quedamos en silencio unos instantes, asimilando lo poco que sabemos sobre este sitio.

- Blai...

- Axia, debemos cambiar los nombres. A partir de ahora me llamaré Blas, encuentran ese nombre más normal. Y a ti te han llamado Aixa, así que este será tu nuevo nombre. No será fácil, pero nos tendremos que adaptar si queremos sobrevivir.

- De acuerdo -suspiro, y volvemos a quedar en silencio. Pero no es un silencio molesto, es reconfortante.

Blas se acerca más a mí y me pasa un brazo por los hombros. Y de esta manera me siento protegida. Aunque al ser Blai como es, sé que lo hace por él, para pensar que no está solo. He visto en su mirada que estaba molesto por tener que hablar en plural. Pero en parte me necesita si quiere salir de aquí y volver. Y no me dejará sola, aunque lo desea. Si fuera por él escaparía, pero sabe que yo iría detrás de él.

Me abrazo a él, para sentirme cerca de casa. Cerca de alguien como yo. De alguien igual que yo en un lugar, donde todo es completamente diferente a lo que siempre he considerado normal.


Holaaaa, se que se supone que tenia que subir ayer, pero a parte de que se me pasó estaba esperando a ver si llegaba algun comentario más... pero no ha sido el caso :( La verdad es que os lo agradeceria muchísimo si pudierais escribirme un comentario aunque sea cortito o que el numero de votos subiera, porque no sé si os gusta o qué si hay algo que está mal, algo que debería corregir, y no sé... si no gusta pues no merece mucho la pena seguir subiendo capítulos.
Bueno, me callo ya, hasta el próximo capítulo :)
Besos :*

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