Hold Me Down.

Capítulo 17.

La escuela se alza frente a nosotros, alta e imponente. Nos bajamos del coche, y nuestro pequeño ambiente relajado comienza a desaparecer. Empezamos a dirigirnos al edificio, mis manos temblando. En realidad no quiero estar aquí, sé que habrá recuerdos tristes de todo lo que pudimos hacer, y no hicimos. Leah se acerca a mi, y toma mi mano, y sé que ella también lo siente. Todos lo sentimos.

Cecilia camina lento, detrás de nosotros. Su expresión es vacía, casi como si no le importara, un cambio muy brusco a su ternura de siempre. Me pregunto por qué, y lo atribuyo a todo lo que ha pasado. Así mismo, no puedo evitar pensar que ellos no la conocían. Ni si quiera ella. Mucho menos yo. Entonces, ¿por qué Cecilia sentiría tanta tristeza por alguien a quién apenas conocía? No estoy minimizando el dolor, solo me hace titubear un poco. O talvez esa no es la causa de su desdicha. Lo averiguaré después.

Entramos al gimnasio, y es un poco reconfortante ver que casi más de la mitad de la escuela ha venido. Es algo que me sorprende, pero al mismo tiempo me alegra. Diviso el centro del podio, donde hay una imagen grande y brillante de Marian. Se ve feliz y relajada. Una parte de ella que nunca llegamos a ver.

Justo al centro, al lado de su imagen, está su familia. Hay una señora, joven, de mirada triste y hombros caídos. Supongo que de ahí heredó su fragilidad. Se encuentra hablando con el director. Al lado, está un joven alto, de pelo castaño claro y mirada resignada. Pienso que es su hermano.

Tomamos nuestros asientos y vemos la ceremonia. Hay algunas palabras de los alumnos, y se hace todo lo correspondiente a su adiós. Después, al final de la reunión, me alejo de mi grupo y me dispongo a dejar el papel junto con las demás flores.

Me agacho y lo posiciono en un lugar donde esté seguro, cuando siento un toque en mi brazo. Me incorporo y dirijo mi mirada hacia el chico que identifiqué como su hermano. Me sorprende un poco, pero lo miro con curiosidad mientras me expresa.

-Hola, tu eres Alex, ¿cierto?

Asiento, un poco extrañada de que me dirija la palabra.

-Bueno, soy Jason. Mi hermana era Marian. -me dice, con una mirada triste- Yo... me enteré de que fuiste tu la que la defendiste, el otro día. Sé que yo no pude estar aquí pero... -toma un respiro- gracias. Por ayudarla.

Siento una punzada en mi pecho, pero me recompongo rápidamente.

-Si, sabía que eras su hermano. Y te lo prometo, no tienes nada que agradecer. -le doy una sonrisa compungida- En verdad siento mucho su pérdida. Y siento también no haber podido hacer nada.

-Lo sé, -me comenta, mirándome con tristeza- sé que en verdad lo sientes.

-Hermano, lo sentimos muchísimo. -Escucho la voz de Luke detrás de mi. Todos se acercan después de el. -Mi nombre es Luke, y quiero que sepas que puedes contar con nosotros. -Voltea a ver a los demás, pidiendo su apoyo. -Lamentamos mucho su pérdida.

Todos expresan su solidaridad, incluso Aiden. Es un poco reservado, pero sé que es honesto. Estamos a punto de irnos cuando Cecilia se aproxima hacia Jason.

-Disculpa, -empieza, con voz tímida- solo estaba pensando, quiero decir estábamos pensando, -mira con duda hacia nosotros- que deberías, ya sabes. Salir con nosotros. Mis hermanos y yo somos nuevos en esta escuela, de todos modos, y... -deja de hablar, con impotencia.

Jason esboza una sonrisa cálida, a pesar de su expresión melancólica. La ve más tiempo de lo normal, pero se recompone rápidamente.

-Me encantaría. Los veré luego, chicos. Y gracias. -agrega, le da una última mirada a Cecilia y se aleja. Todos nos volteamos a ver, compartiendo una mirada de complicidad. Cecilia se ruboriza, y agrega antes de irse.

-Los veo en el coche. -se va antes de que nadie diga algo.

Hay un momento en donde nadie habla. Hasta que Luke concluye con sarcasmo.

-Bueno. Procuremos que nuestro buen amigo Phil no se entere de esto.