Capítulo 22.

26 3 0
                                    

- De acuerdo, Jason. ¿Verdad o reto? - pregunta Luke, totalmente disfrutando de la timidez del chico. Tomo un bocado de la pizza de mi plato y observo, divertida.

- Contigo tengo mis dudas, Luke. - nos da una pequeña sonrisa temerosa, pero lo entendemos. Luke en verdad nos aterra en este juego. - Me iré por reto.

Todos sabemos que acaba de arruinar su vida, por lo que Leah y yo compartimos una mirada cómplice. Últimamente no hemos estado tan unidas como en el pasado. Es decir, como he dicho, es lo más cercano que tengo a una mejor amiga, y no quiero que eso cambie nunca. Pero desde que todos nos conocimos, ella ha desarrollado cierta cercanía con Cecilia. Y enserio, no me molesta en absoluto, es incluso bueno, porque así ella puede disfrutar de las cosas que yo no puedo ofrecerle, como las típicas charlas de chicas. Es solo que espero nunca perderla, y temo que eso podría resultar un poco difícil.

- Bien, querido saltamontes. - la voz de Luke me saca de mi aturdimiento. - Te la pondré difícil. Tienes que besar a Cecilia.

Realmente no es tan malo, dado a que, obviamente, se gustan, lo que provoca algo de risas entre el grupo. Me relajo y tomo un poco de mi refresco.

- ¿Qué? Yo... - dos manchas rosadas aparecen en sus mejillas - uhm, está bien, supongo.

Jason hace amago de acercarse lentamente a ella, cuando una mano es posada en su hombro de manera firme.

- Creo que tienes problemas, Luke. ¿Enserio vas a permitir que nuestra hermana sea besada enfrente de nuestras narices? - Aiden expresa, confundido. Creo que a todos nos sorprende un poco oír su voz. El chico no habla mucho, pero piensa tantas cosad. Es fascinante. Sé cuanto protege a Cecilia, y a Luke también, excepto cuando éste último está siendo un idiota.

- Yo no le veo el problema, A. - exclama Cecilia dulcemente abrazando a su hermano. - Además es un reto, y debe cumplirse, ¿cierto? - nos mira a Leah y a mí en busca de apoyo, y yo solo puedo encojerme de hombros. Pero Aiden no está dispuesto a ceder.

- Si, de ninguna manera.

- Dado a que el show debe de continuar, aún con las manías sobre protectoras de algunos - dice Luke, poniendo una solución lógica solo para el - Te cambiaré el reto. - Luke toma los hombros de Jason, poniéndolo enfrente de Aiden, lo que obviamente nos extraña a todos. - Creo que el pequeño A necesita un poco de amor. Así que - Luke junta las manos, complacido por su propia idea. - Dale un abrazo.

No puedo evitar soltar una gran carcajada debido a la gracia de la situación. Creo que todos estamos conscientes de la reticencia de Aiden hacia las personas, con excepción a su familia, y tal vez a nosotros. Por eso es muy cómico querer forzarlo a una situación así.

-Calma ahí, chico. - lo para Cecilia, con una sonrisa socarrona en la cara. - Ya sabemos a quién le gustaría abrazar a mi hermanito. - mira en mi dirección, al igual que todos. - Y, perdón Jason, pero ese no eres tú.

- Yo... - me debato por unos segundos -Creo que es tiempo de ver una película. - les digo. Saco la lengua a todos y decido que iré a hacer palomitas. Los escucho a mi espalda molestándome y burlándose mientras hago mi camino hacia la cocina. No puedo evitar reír. Saco el paquete de palomitas y empiezo a programar el microondas.

- Al fin haces algo por la sociedad, preciosura. - Leah entra en la cocina, dándole la vuelta a la barra del comedor.

- O más bien, creo que escapaste de nosotros.

- O aún mejor: creo que ustedes son un dolor en el trasero. - le explico, sonriendo.

- Me quieres, y lo sabes. - me presume - Por cierto, ¿todo bien? Estabas un poco alterada cuando te reuniste con nosotros, antes.

Me doy cuenta de que no le he contado de mi inesperado encuentro con Andrea, y no sé porqué. La verdad es que me incomodó un poco toda la situación, pero se me había olvidado.

- Andrea me habló antes de ir con ustedes. No sabía que quería, y estaba a punto de...

- ¡Leah! - asoma Cecilia su cabeza por la puerta de la cocina, buscándola - Necesito tu ayuda aquí. Necesitamos una buena película, y no sé cual elegir. ¡Ayúdame! - le suplica.

Leah me mira, disculpándose con la mirada. Yo le doy una sonrisa desenfadada, dejando en claro que está bien. Murmura un "hablamos después" y la sigue a la sala.

Antes de que pueda sentir algún sentimiento por todo esto, el microondas suena y saco la bolsa de palomitas, hecha. Después vacío en algunos recipientes otras botanas, y finalmente las llevo a la sala. Todos están acomodados frente a la gran televisión, excepto Aiden. No lo veo cerca, y es un poco triste que no nos haya dicho nada. Pero luego lo entiendo: ese es Aiden. Independiente, alguien que se mueve a su propio ritmo. No muchos somos capaces de hacerlo.

La película empieza, pero tras unos segundos decido que en realidad no estoy interesada en verla. Finalmente, pienso buscar mi bolso para enviarle un mensaje a mi mamá, cuando a través de la puerta de cristal que supongo da al patio trasero, veo una figura alta y desgarbada de pie en el porche.

Trato de esconder mi sonrisa, e ignorando mis nervios, me encamino hacia la puerta, abriéndola e introduciéndome en la fría tarde.


Hold Me Down.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora