Capítulo 5.

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Después de ordenar los cafés desde el auto, nos dirigimos a el rumbo de nuestra casa. Al parecer, no vivimos tan lejos el uno del otro. Eso me alegra. Y me hace querer salir pitando del asiento. Me quedo quieta, sencillamente. Tomo mi café y miro por la ventana. Hay veces en las que me miro como si fuera otra persona y digo "Vaya, definitivamente este momento es genial." No precisamente por la situación, si no por el sentimiento que tengo en ese entonces.
Ahora me siento tan calmada y pacífica, que me limito a ver los coches que pasan.
Admito que me relajo demasiado y juro que me dormí como por 10 segundos. Afortunadamente, ya estabamos en mi calle. Le señalo mi casa, y el se acerca, hasta aparcar frente la acera.

-Gracias por traerme. Enserio todo esto fue muy rápido, pero me la pasé bien. -le digo, riéndome.

-Digo lo mismo. Gracias -dice, viéndome- por todo.

Abro el seguro y bajo del coche. Volteo para decirle adiós con la mano, pero ya se ha ido. Vive a sólo 6 casas de mi. Eso es genial. Y me da miedo.

Entro a mi casa y saludo a mi mamá, esta en la cocina, probablemente haciendo de comer y esperando a mi hermano.
Le anuncio que me fue bien y voy a cambiarme. Estoy quitandome los tennis cuando me llega el olor de ¿qué? De Aiden. Pero es imposible, digo... oh, claro. Tengo su sudadera puesta. Me sorprende que ni mi mamá la haya notado. Pienso en quitarmela, pero no lo hago. Y no me cuestiono por qué.

Hold Me Down.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora