Capítulo 18.

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Es muy extraño cómo todo ha cambiado en tan poco tiempo. De repente, todos somos un equipo. Lo sé cuando no tenemos necesidad de preguntar si nos veremos en el almuerzo, o si nos juntaremos para algún proyecto. Incluso cuando todos nos reunimos en alguna casa, porque nos sentimos en la plena comodidad de hacerlo.

Voy saliendo del último periodo, lista para ver a los chicos, cuando veo a Aiden esperándome en mi casillero. No me he acostumbrado a su sombría belleza todavía, y no creo poder hacerlo. Me dispongo a reunirme con el cuando alguien me gana.

Conozco a Lisa de vista. He escuchado que tiene el mejor promedio de su salón, y que además esta en el equipo de porristas de la escuela. Todo esto sin olvidar lo bonita que es. Sus ojos verdes son muy impresionantes agregándole sus bonitas facciones y perfecta complexión física.

Se acerca a el, un poco demasiado diría yo, y empieza a conversar. El se tensa un poco, lo sé porque es una desconocida y sé como se siente al respecto. Sin embargo, es educado y le contesta cortésmente. La manera en que ella lo mira sólo muestra anhelo.

Incluso puedo ver como todas las demás chicas lo ven. Las entiendo perfectamente. Su anguloso perfil y su delgada pero fuerte complexión es sorprendente.

No puedo evitarlo, pero la desesperanza se abre paso a través de mi. Muchísimas darían todo por estar con el. Yo, por más que lo quisiera, no podría competir con todas ellas. Trato de que mi desolación no se note y llego hasta mi casillero, sólo ofreciéndole una sonrisa tensa antes de poner toda mi atención en acomodar mis libros.

Trato con todas mis fuerzas de no escuchar su conversación y lo logro. A pesar de mis nervios debido a su cercanía, cierro el locker, y sin decir nada, salgo a través de las puertas al sol del exterior.

No pasan muchos segundos antes de que esté junto a mi, sin decir nada. Caminamos, y puedo decir que nota lo que siento. Hacemos el camino a los demás en silencio. Cuando llegamos, todos están listos para irse. Nos subimos al auto y me despido brevemente cuando llegamos a mi casa.

No me permito pensar en Aiden, porque no hay nada que pensar. Tal vez siento algo por el, si. Pero eso será todo. Y es lo mejor, para ser honestos. No sé si sería capaz de abrirme a alguien. Ni siquiera sé si podría mantener a alguien a mi lado.

El sol todavía sigue arriba cuando llaman a mi puerta. No atiendo, pero mi mamá si. Por eso cuando me llama diciendo que alguien vino a verme, me encuentro realmente sorprendida.

Bajo las escaleras y lo veo. Se encuentra hablando con mi mamá, y es una imagen tan bonita que podría acostumbrarme a ella. Mi mamá casi no puede dejar de hablar, y la entiendo. Porque ese es el poder de Aiden en todos.

Me empiezo a acercar a ellos cuando su mirada se posa en mi. Me da la misma mirada que me dio la primera vez que lo conocí: con intensidad. De repente me hago consciente de mi misma. Afortunadamente, sigo trayendo un jeans oscuros puestos. Mi camisa holgada no revela nada, por eso la amo. Mi cabello es un desastre, pero eso es algo que todos sabemos.

Me acerco a ellos y encuentro mi voz, a pesar de los nervios que me inundan.

-Bueno mamá, creó que ya conociste a Aiden.

-Lo se. ¡Es totalmente encantador! -se ruboriza. Eso es lo que más me distingue de ella. Normalmente escondo mejor mis emociones. Algo que saqué de mi padre, supongo. Pero ella hace todo lo posible por demostrarlas, sin vergüenza. Se da cuenta de que por algo el chico encantador se encuentra aquí, por lo que se despide apresuradamente y me deja con el a solas.

-¿Te puedo ayudar en algo? -le pregunto, ofreciéndole una sonrisa burlona.

-Eso creo. ¿Te gustaría dar un paseo? -me pregunta.

-Iré por una chaqueta. Aguarda aquí.

Subo hacia mi cuarto y decido ponerme una blusa bonita. Sé que mi mamá ya abordó a Aiden de nuevo por las voces que escucho abajo. Decido que no puedo hacer más por mi apariencia y bajo.
Ella básicamente quiere abrazarlo. Tomo el brazo de Aiden y lo arrastro fuera de la casa, después de despedirme de mi mamá.

Empezamos a caminar y no sé de que va todo esto. Si sé que se ve genial con su jeans oscuro y camisa negra. Tiene puesta una chaqueta, la misma que me prestó la primera vez. Trato de que mi nerviosismo no se note y lo sigo.

-Bueno. ¿Quieres raptarme o algo así? - Su expresión es la misma, desconfiada y sombría. Pero a cambio de mi comentario me regala una sonrisa.

-Casi, pero no. La verdad es que sólo quería tu compañía. -me dice, sinceramente. Eso causa cosas raras en mi interior.

-Eso está mal. Soy en verdad una mala influencia. A tus padres no les gustaría verte conmigo. -le digo, juguetonamente.

-No lo sé. No los veo mucho. -corta ahí ese tema.

No lo quiero presionar.

-Te iba a preguntar. ¿Cecilia de se encuentra bien?

-No lo sé. La hemos notado retraída. Hemos intentado hacerla hablar con nosotros pero no ha funcionado. Luke y yo creemos que se debe a su fastidioso novio, Phil. -dice, con un borde en su voz.

-¿Crees que tengan problemas? -le pregunto, viéndolo.

-El es un chico particularmente molesto. Entonces, si.

De repente me hago consciente de nuestra cercanía. Caminamos juntos, nuestras manos casi tocándose.

Se está oscureciendo, aunque todavía es temprano. Veo su perfil contra las sombras que se proyectan debido a las luces de la calle. Mientras lo veo, siento toda clase de emociones en mi pecho. Pero la que predomina es la melancolía. Es sencillamente devastador el hecho de que nunca tendría una oportunidad. Y regreso al punto: nunca me he enamorado. O hasta ahora eso creo. ¿Por qué de repente no puedo dejar de pensar en cosas que no tienen sentido?

Supongo que me encuentro tan distraída que no veo el escalón debajo de mis pies. Sé que estoy cayendo, hasta que Aiden rodea mi cintura y me sostiene contra el, evitando una gran y estúpida caída.

Nos quedamos así, respirando el mismo aire. Mis manos están en sus brazos, buscando apoyo. De repente pienso que talvez si caí, y ahora estoy en el cielo. O talvez estoy realmente loca. Y como simplemente así soy yo, comienzo a reírme. Literalmente. Soy un asco, lo sé, y en verdad quisiera callar mi boca. Pero no puedo. Sigo riendo, y me da tanta pena que decido esconder mi cara entre mis manos. Porque enserio, soy una tonta.

Se empieza a relajar bajo mis brazos, y comienza a reírse también. No me suelta ni cuando me pregunta:

-¿Te parezco particularmente gracioso? Porque lo he visto, y no lo soy. -me dice, con cariño.

-Aiden, no entiendes esto. -le digo, medio safandome de su abrazo. -¿Sabes cuantas chicas querrían estar así contigo? -le señalo. -Y yo, completamente lo arruiné. Esperó que algún día todas las chicas de todas las partes del mundo perdonen mi gran estupidez.

Me ve durante unos segundos, estudiandome. No deja de hacerlo, hasta que le digo.

-¿Qué? -le pregunto, riéndome.

Toma un mechón de mi cabello despeinado y lo pone detrás de mi oreja. Me paralizo. La risa se ha ido completamente.

-"Entonces, ¿por qué no te permites a ti misma sentir?"

Me encuentro sin movimiento y de repente tengo miedo. Porque este chico, el chico encantador ya descubrió mis paredes de defensa. Ya se dio cuenta. Ya sabe, que simplemente, me es muy difícil permitirme a mi misma sentir.

Hold Me Down.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora