Llegamos al coche, que es muy lujoso. Me detengo vacilante antes de abrir la puerta del copiloto, pues el ya se había subido a su asiento. Abro la puerta y me siento. El coche esta muy limpio, y tiene un aroma a especias. Muy agradable, para ser honestos. El silencio se empezaba a tornar agobiante, por lo que me veo obligada a romperlo.
-¿Cuántos años tienen tu y tus hermanos?- fue lo primero que solté.
El dudó un poco, pero al final respondió con su grave voz.
-Cecilia tiene 16. Luke y yo tenemos 17.
Vaya. Debí haberlo imaginado. Asentí y me dispuse a mirar por la ventana. Después de salir del estacionamiento de la escuela, interrumpió nuestro silencio.-Entonces, ¿no me vas a decir tu edad? -me preguntó.
Oh, cierto. Las personas normales hacen eso.-Si, lo siento, tengo 16. -Y de nuevo empezó el silencio. Esto era muy raro, la verdad me encontraba muy nerviosa. No tenía idea de porque. Rogaba por que la razón no fuera el chico que estaba a mi lado.
-¿Tus hermanos y tú en verdad son muy unidos? Digo, Cecilia y Luke se veían muy entusiasmados. Y tu estabas al fondo, como...
-¿Solo? -dijo, dándome una pequeñísima sonrisa, desapareciendo así de rápido como apareció, pero igual superando todas las sonrisas que he visto en mi vida. -La verdad es que ellos se entienden más, pero no significa que no los cuide. Ellos son todo para mí.En verdad me sorprendió su respuesta. Eso era muy profundo, y lo que más me sorprendió es que yo misma lo entendí, en un nivel íntimo. Tengo sólo un hermano, y puedo ser dura con el, pero muchas veces doy gracias a la vida por haberme permitido conocerlo. Estabamos una cuadras lejos de la escuela, cuando me preguntó en donde vivía y oh, claro, estaba tan concentrada viendo su bello perfil que se me olvidó decirle. Dios.
-Vivo unos cuantos bloques más allá,- señalé la dirección.
-Igual nosotros, pues nos acabamos de mudar.
-¿No son de aquí?-pregunté.
-Si, pero vivíamos más lejos. -Antes de poder continuar, sonó su celular. El se estacióno y murmurando un disculpa contestó.
-¿Hola? ¿Estás seguro? De acuerdo, voy para allá. -Colgó y me volteó a ver, con una mirada indescifrable.
-No te pediría esto si no fuera urgente, y te llevaré a tu casa. Pero necesito hacer una parada urgente, y bueno, tengo que ir ahora mismo. ¿Te importaría acompañarme? -dijo, con expresión seria.
Quería ir a mi casa, pero no tenía prisa. Y su expresión me mató.
-No hay problema.
El viaje después transcurrió en silencio. Lo noté preocupado. Triste, incluso. No sabía a donde nos dirigiamos, hasta que divisé un edificio grande. Eran departamentos.
-Iré, puedes quedarte aquí o ir conmigo.
No tenía duda. Lo acompañaría.
-Vamos. -dije, quitando el seguro de la puerta y abriéndola. Para mi sorpresa, el ya estaba a mi lado, sosteniendola por mi. Solo estuve un segundo cerca de el, pero mis sentidos se volvieron locos. Hay una palabra en francés que es sillage. Significa el aroma que deja una persona cuando pasa, o el aroma que desprende el perfume contra su piel. No estoy muy segura de que sentido darle, pero si sé algo: me encanta su sillage.
Subimos las escaleras, dirigiéndonos al primer piso. El saluda al portero, quién le dice.
-Ella está bien. Solo dijo que se sentía un poco mal, y estaba mareada. Afortunadamente está mejor.
No sé a quién se refiere. El solo asiente y le estrecha la mano, murmurando gracias. Caminamos un poco más. Finalmente se detiene en el departamento 4. Abre la puerta, y me adentro en lo desconocido.
Bueno, al menos para mi.
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Hold Me Down.
Ficção AdolescenteSi me quieres preguntar de qué va esto, no lo hagas. Porque eso es algo que nosotros no sabemos. Somos títeres, personajes, y solo nos movemos y actuamos conforme ella quiere. ¿Quién es ella? Tal vez deberías mirar arriba. -- copyright --