Siete. (c.e.)

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No volví a ver a Stephen desde aquel día, tampoco quería verlo, no podía seguir viéndolo igual que antes. Es un chico agradable... Aunque insistente, pero al fin y al cabo podria haber sido un buen amigo... Pero eso acabo, cualquier posibilidad de tener una amistad creo que se fue a la basura, y eso era lo mejor para ambos, estar lejos el uno del otro.

Yo no estoy preparada para estar con alguien, siento mi perdida como si hubiese sido ayer, sigo extrañando y queriendo a Connor... Y si estoy con alguien siento que es como traicionarlo, traicionar lo que tuvimos. Mi mayor miedo es... Olvidarlo, tengo miedo a olvidarlo. No me lo perdonaría jamás y sería injusto para cualquier persona que intente estar conmigo, porque yo no podría darle todo de mi, no podría llegar a amar a una persona tanto como lo hice con él.

—¿En qué tanto piensas? —La voz de mi amiga me sacó de mis pensamiento he hizo que la mirara.

—En nada... —Murmure mientras volvía a trabajar en la cobertura para el pastel del gimnasio.

—A mi no me mientes, Kiara —Dejó de batir los huevos y puso toda su atención en mi— Dime que sucede, ¿Algo está mal con Adam?, ¿Contigo?...

—Con Adam nada... ¿Conmigo? —Suspire sonoramente—, todo. —Me senté en el taburete que había a un lado y dejé escapar un bufido de frustración. No me sacaba a Stephen ni a ese casi beso de la cabeza— Yo te conté que tenía una cita, ¿Lo recuerdas? —Taylor asintió atenta— No hubo cita porque Adam se enfermó... pero mi cita nos fue a buscar al hospital ese día, estuvimos aqui y almorzamos. Conversamos de muchas cosas de mi vida y la suya, hasta que intentó besarme...

Taylor abrió su boca y ojos sorprendida, debe estar pensando un montón de estupideces en su pervertida y asquerosa mente.

—¿Se besaron? —Tarde en responderle, y todo el tiempo que estuve callada Tay cada vez se impacientaba más.

—No.

—Kiara... —Alargo la última vocal de mi nombre y se dió un leve golpe en la frente, se veía frustrada y ya sabía por qué.

—Lo siento, ¿Sí?. —Me levanté del asiento— Simplemente no puedo...

—Algún día tienes que darte la oportunidad, amiga. —me miró con una mueca.

...

El día de la entrega del pastel no vi a Stephen. Me quedé bastante tiempo metida ahí ya que tenía que ver que nada le pasara hasta la hora en la que fuera a comerse, y cuando por fin me fui, no pude evitar irme del lugar algo pensativa, pero no tenía ganas de irme al departamento, Adam estaba a cargo de Ty así que tenia algo de tiempo libre. Fuí a una cafetería cerca del lugar y me senté en las mesas de afuera, pedí un cafe y un pastel y ahí me quedé un tiempo para poder distraerme.

Mientras esperaba me puse a pensar en las palabras de mi amiga, pense por dias en eso y la verdad es que sí tiene algo de razón, pero no me siento lista para salir o conocer a una persona. Sé que es lindo estar con alguien que te ama y cuide, pero era lindo con Connor y con otra persona no se si pueda.

No sé en que pensar la verdad.

—Hola —sentí esa voz ya conocida para mi.

Miré hacia arriba y ahi estaba él, con sus tatuajes y su estilo rudo.

—Hola —murmure algo nerviosa al verlo de pie frente a mi.

—¿Me puedo sentar? —apuntó la silla frente a mi y yo sólo asentí con mi cabeza.

Él se sentó y estuvimos algunos segundos en completo silencio, parecían horas. Yo lo miraba de reojo sin saber como comenzar la conversación y el no se quedaba atrás la verdad.

—No es necesario estar así. —habló el primero intentando sacarnos del incómodo silencio.

—Lo siento —me disculpé sin saber el por qué. Pero él sólo negó restándole importancia.

—¿Te puedo preguntar algo? —asentí mirándolo atentamente— ¿Qué pasó con tu ex novio?

Su pregunta fue tan directa que me dejó algo tocada.

—Stephen... —suspire sin saber qué decir. Mi mente no sabia que hacer— Él... él murió. —le dije con un gran nudo en la garganta. Pero a la vez me sorprendió algo, no me dolió tanto decirlo ésta vez.

—Yo... lo siento. —sus ojos mostraban sorpresa y arrepentimiento— No debí preguntar, lo siento. —dijo mientras negaba con su cabeza y me miraba arrepentido.

—No te preocupes... —le sonreí y él sonrió segundos después también— Él murió antes de que naciera Adam, tuvimos un accidente. —cerré los ojos al recordarlo.

—No es necesario que me cuentes. —sentí el calor de su mano junto a la mía y eso me hizo abrir los ojos lentamente, para luego sonreírle de vuelta y agarrar su mano también.

—¿Partimos de cero?, pero como amigos... —aclaré. No necesitaba una relación ni nada de eso por ahora.

—Sería un placer —me miró y guiñó su ojo en mi dirección.

Entre conversaciones nos fuimos conociendo más, ya sabía partes de su historia pero me conto nuevas. Anecdotas de cuando era pequeño o las estupidezes que cometia cuando era un revolucionado adolescente.

Nos despedimos tras dos horas de estar hablando y cada uno se fue por su lado, y por primera vez en mucho tiempo sonreía de felicidad, era extraño pero a la vez bueno.

Llegué a mi piso y caminé hasta mi departamento, y cuando abri la puerta vi un completo desastre en la sala.

—¿Qué carajos pasó aqui? —cerré la puerta tras de mi y sentí las risas de Ty y Adam.

—¡Buuu! —la tierna voz de mi bebe apareció por la puerta de la cocina y me hice la sorprendida.

—Casi me matas del susto. —le dije mientras lo tomaba en brazos— Eres un chico malo. —toqué la punta de su nariz y este rió mientras me abrazaba.

—Se porto muy bien. —apareció por detrás mi amiga y me volteé.

—Gracias por cuidarlo. —le sonreí.

—No es nada, ridicula. —me sonrió y miró la sala y el desastre que había— Y siento el desorden. —soltó una risa haciendo un mueca apenada.

—Da igual. —le dije mientras Adam forcejea para que lo bajara.

Lo dejé en la alfombra de la sala y gateo rápidamente hasta llegar a todos sus juguetes esparcidos, mientras yo seguía a mi amiga hasta la cocina.

—¿Recuerdas al chico del que te comenté el otro día? —le hablé algo nerviosa.

—Si, ¿Por qué?. —preguntó extrañada sirviendome un vaso de jugo.

—Hablé con él... hoy. Quedamos como amigos. —le sonreí mientras me sentaba en la isla de la cocina.

—¡Al fin!. —celebró mi amiga y yo golpeé su brazo— Pronto serán amigos y algo más y ahí... tú sabes... —me guiñó un ojo e hizo un gesto pervertido.

—Eres asquerosa. —le dije negando con la cabeza ante lo loca que estaba ésta chica, pero finalmente terminamos riendo las dos y comentando sobre mi 'nuevo amigo' Stephen.

YOU (Terminada - EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora