Treinta y ocho

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Cerró la puerta de mi habitación y se acercó a mi, saco su polera por sus cabeza dejándome ver sus increíbles tatuajes. Me encantaban los dibujos que tenía en su piel, lo hacían ver tan caliente.

—¿Qué haces? —solté un jadeo cuando su brazo me hizo quedar pegada a su pecho.

—Dije que te haría el amor, ¿no? —se deshizo de mi poleron haciéndome quedar solo en brasier.

No pude evitar soltar una sonrisa en el momento en que besó mis labios. Sus manos recorrían mi espalda mientras comenzaba a bajar por mis piernas los leggins que llevaba. A medida que las bajaba, él bajaba también hasta quedar de rodillas frente a mí. Mi corazón en ese momento ya latía a más de mil por hora. Cuando los sacó por completo los tiró a un lado de la habitación, sus besos comenzaron desde mis rodillas y así subió por mis muslos, me besaba tan lentamente que hacía que mi respiración se entrecortara, beso la cara interna de éstos y abrio un poco más mis piernas. Pasó las manos por ellas hasta dejarlas quietas en el comienzo de mis bragas, dejo sus besos sobre éstas haciendo que soltara un pequeño gemido. Sus besos siguieron hasta llegar a mi vientre y así hasta mis pechos. Cuando se levantó me dio media vuelta y me hizo quedar mirando la pared, desató mi brasier y pasó una mano por uno de mis pechos, haciéndome soltar un gemido y morder mis labios, su otra mano agarró mi otro pecho y los comenzó a masajear a la vez que jugaba con mis pezones.

Mi cabeza ya daba mis vueltas, y aun no había echo nada del otro mundo.

Su boca y sus dientes se fueron directo a mi cuello, provocando que la piel de mis piernas, brazos y cuello se erizaran. Sus manos hacian de las suyas sobre mí, y era deliciosa la manera en que me tocaba.

Me volteó rápidamente y tomó mis caderas haciendo que mis piernas se enrollaran en sus caderas, me pegó a la pared haciendo que un escalofrío recorriera mi piel por lo helado de ésta. Besó mis labios lentamente mientras yo pasaba mis manos por su cuello y espalda mientras lo acariciaba. Su miembro se pegó a mi entrepierna haciendo que se rozaran constantemente. Mis gemidos y jadeos sonaron por toda la habitación, agradecía que Ryan no estuviera en casa. Me dejó en el suelo y de un momento a otro ya me encontraba desnuda y jadeante frente a él.

Me acerqué para bajar sus bóxer, pero éste fue más rápido que yo y agarró mis manos dejándolas por arriba de mi cabeza y pegadas a la pared. Sus manos comenzaron a bajar por mis brazos hasta llegar nuevamente a mis pechos, pero ésta vez su boca comenzó a jugar con ellos. Su lengua jugando con uno de mis pezones me hacia volver loca. Luego comenzó a jugar con el otro mientras yo aruñaba su espalda por el placer.

Bajó otra vez hasta mis caderas y sus besos comenzaron a bajar desde ahí hasta mi entrepierna, dejaba besos humedos en ella lo que me estaba haciendo volver más que loca. Con sus grandes manos agarró cada extremo de mis bragas y las deslizó por mis piernas de una manera tortuosa, dejándolas con el resto de topa esparcida por el suelo. Su lengua comenzó a jugar con mi clítoris de manera rápida y su mano hizo que mi pierna quedara sobre su hombro haciendo que quedara más expuesta frente a él.

Me mantuvo al borde del clímax por un buen rato, haciéndome gemir, jadear y dar pequeños gritos a la vez que leves espasmos recorrían mi cuerpo. Cuando ya no daba más, éste me agarró y me aventó a la cama haciendo que diera un pequeño rebote. Sus ojos sólo mostraban placer y lujuria, cosa que los hacia ver más brillantes y atractivos para mi. Mis besos atacaron su pecho y mis manos por fín bajaron sus boxer haciendo que su pene saltara sobre mi. Lo agarré con mi mano y un gruñido y gemido de parte de él inundó mis oídos de una manera exquisita, podía sentir su pene palpitar sobre mi mano.

Se adentró en mí de una manera lenta y desesperante, agarré las sabanas con mis dedos a la vez que el salía y volvía a entrar en mí lentamente, como a él tanto le gustaba.

YOU (Terminada - EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora