Treinta y dos

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Salí del restaurante agotada, hoy el día había estado muy pesado, había ido demasiada gente a cenar y me tuve que mover de aquí para alla preparando los platos que me pedía el chef.

Me subí a mi camioneta y dejé descansar la cabeza en el respaldo, recién ahora podía revisar mi celular, pero me sorprendió la cantidad de mensajes que tenia de Ryan y otros eran de Stephen, pero también habían llamadas del jardin de Adam.

Mierda.

Manejé lo más rápido posible, me salté algunos rojos y se que tendría varias multas por éso. En el camino llamé a mi primo, al tercer tono me contestó.

-¡¿Adam está bien?! -Le pregunte con el corazón en la boca y con los nervios a flor de piel.

-si, tranquila prima. Adam está bién sólo tuvo un pequeño accidente.

-¿Que tiene?, ¿Que le pasó? -Hablé mientras avanzaba cuando el semáforo daba luz verde.

-Se cayó y golpeó su frente, tiene un pequeño chichón pero esta bién, traquila.

-Voy llegando, te veo luego.

Corte.

Me sentía una pesima madre, horrible. Debí contestar una de las tantas llamadas que recibí durante el día. Tenía ganas de llorar y abrazar a mi bebé como si no hubiera un mañana, me sentía tan mal por no haber estado ahí cuando me necesitó. Me seque una lágrima rebelde de mi mejilla... Cualquier madre en mi lugar estaría así.

Estacioné la camioneta, me fui directo al ascensor y le dí la alarma mientras trotaba. Apretaba constantemente el botón como si con eso la caja metalica bajara mas rápido. Llegué a mi piso y corrí hasta mi departamento, abrí la puerta torpemente y me encontré con Ryan y Stephen en la sala, Adam jugaba con uno de sus autos y al verme se levantó y corrió hasta mi.

-Mi bebé -Lo eleve con mis brazos y lo acune en mi pecho- perdóname tesoro -Miré su rostro y su frente se encontraba un poco hinchada y morada junto al chichón que le sobresalía- mi pequeño -Lo abracé mientras el hacía lo mismo y se enterraba en mi cuello.

-Ma-má -Sentí su sonrisa en mi oido y agarró mi rostro para besarlo.

-También te amo -Miré sus grandes ojos azules fijandome en que todo estuviera bién.

Lo bajé de mis brazos y caminó a pasos torpes hasta la alfombra de la sala. Ryan se levantó y me abrazó con fuerza.

-Intentamos llamarte K -Besó mi frente y unas lágrimas rebeldes se escaparon de mis ojos.- Adam está bien, no llores -Me susurró mientras limpiaba mis mejillas.

-Lo se y gracias por estár aquí -Limpié mi rostro- pero debí contestar el teléfono cuando sonó una y otra vez -Toqué mi frente.

-Pero está bien, miralo -Apuntó a mi bebé quien jugaba en los brazos de Stephen, ambos sonreían.

-Gracias -Lo volví a abrazar.

No sé que hubiera hecho si Ryan no hubiese estado aquí cuando llamaron del jardín. Besó mi frente y luego me soltó para dirigirse a la cocina.

Stephen se levantó y dejó a Adam en la alfombra, se acercó a mi y tomó mi rostro para luego dejar un beso sobre mis labios. Lo abracé por su cintura mientras el correspondía a mi abrazo, tiró de mí hacia él y dejó un beso en mi cabello.

-Perdón por no responder ayer -Miró mis ojos- te voy a contar por qué pero no ahora, ¿Si?.

-Tranquilo... Te salvaste de un feroz cuestionario por parte de mi papá y de muchos alagos por parte de mi mamá -Reí dovertida- y a mí no me debes explicaciones -Le sonrei.

YOU (Terminada - EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora