Treinta y cuatro

18.5K 974 125
                                    

Lean la nota final, por favor.

La vida es tán rara y confusa a veces, ¿Quién la entiende?, es tán difícil de comprender.

Cuando tenía diecisiete para mí todo era perfecto, tenía al mejor grupo de amigos, tenía un novio al que amaba y que me amaba con la misma intensidad. Vivía en una ciudad que me gustaba. Todo era maravillosamente perfecto.

A los veinte mi vida cambió. Con Connor teníamos planes de boda, teníamos planes de irnos a vivir juntos y cambiarnos de ciudad, para comenzar una vida nueva, juntos.

Después de enterarnos que seríamos padres, todo dió un giro.  La noticia había sorprendido a todos los que nos rodeaban. Mi padre no me habló durante varias semanas, porque pensaba que había sido un error embarazarme a esa edad, que era muy joven y que había seguido los pasos de ellos. Pero mi madre, a pesar del shock que le causó al principió, me dió todo su apoyo y confianza para lo que  necesitara. Después de un tiempo mi padre cambio de parecer cuando mi vientre comenzó a crecer y con eso llegaron sus primeros movimientos, y fué ahí cuando mi padre me pidió perdón por dejarme sola en ese proceso.

Después de eso fué él y Connor quienes me llevaban a todas partes para que no caminara tanto. Eran demasiados divertidos, pero también me daban ganas de tirarme un jodido tiro. Eran demasiado hostigantes los dos.

Y los meses pasaron y llegó el día del parto. Un día muy agridulce para todos los que estuvieron conmigo.

Nació Adam... Pero murió Connor. Una combinación de emociones demasiado extraña y amarga. Nació quien el día de hoy es la personita más importante para mí, lo que necesito para ser felíz.  

Los meses pasaron y todos seguían conmigo, jamás me dejaron sola. Fueron tan dedicados, me hicieron sentir protegida aunque ya no estuviera mi pilar. Me enseñaron que tenía miles de motivos para seguir adelante y eso hice, seguí adelante por mi bebé.

Y ahora... Después de todo eso, ¿Quién diría que me volvería a enamorar?, ¿Quién hubiese pensado que me volvería a estar con otro chico?, ni siquiera yo.

Es que cuando llega una persona que es capaz de hacerte sentir querida sin siquiera estár contigo, que te hace desear volver a sentirte bién...  No puedes hacer nada si tu corazón ya lo dejó entrar. Y por primera vez en tanto tiempo me volvía a sentir completa.

—¿En qué tanto piensas? —La voz de Taylor me sacó de mi pequeño trance.

—En nada —Guardé la última prenda dentro de mi clóset mientras Tay pintaba sus uñas.

—Y...  ¿Que pasó anoche? —La pregunta hizo que me sonrojara de inmediato.

¿Que le importaba a ella?, diós... Que metiche era.

—Taylor —La miré con los ojos entre cerrados, a lo que ella me respondió con una carcajada.

—Ay no te hagas la santa ahora, sabes que nos contamos todo desde siempre  —Cerró el esmalte de uña y lo dejo en la mesita de noche— ¿Estás felíz?.

Su pregunta en vez de hacerme sonrojar, me hizo sonreír.

—Con tu sonrisa me doy por pagada —Me sonrió de vuelta y envolvió sus brazos en mí— me encanta verte así, radiante.

—Me siento bién —Claro que me sentía más que bién— como hace tiempo no me sentía.

Adam entró corriendo a mi habitación mientras levantaba sus brazos y reía a carcajadas, se escondió detrás de mis piernas mientras movía sus pies aún agitado, cosa que provocaba mi risa y la de Taylor.

YOU (Terminada - EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora