Trece. (c.e.)

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Volví al departamento a los dos días después, pero les prometí volver en unas semanas ya que pronto seria él cumpleaños de Kevin, bueno al rededor de un mes, así que ahí estaría. Fue una estadía muy tranquila con la gente que mas quería y extrañaba, aparte de mi familia.

Steph me llamó cada día de mi estadía en Orlando, provocando que Mia sacara sus conclusiones locas de que estaba enamorado de mi y yo de él, cosa que es una completa estupidez.

Era día miércoles por la mañana y estaba tomando desayuno en la cafetería junto a Ty. Le conté lo que había pasado justo antes de decidir viajar a Orlando y lo que hice mientras estaba allá, ella sólo me miraba con una mueca y tomaba mi mano, sabía que me daba tristeza él asunto.

—¿Y tu príncipe azul? -Me mira con picardía mientras comía un pedazo de pastel.

—No tengo ningún príncipe azúl. -Me hice la tonta pero sabía de quién hablaba.

—Ay no te hagas —dijo virando los ojos.

—Eres como un grano en él culo. -Le dijw apoyando mi cabeza en una de mis manosy la pude ver reír.

—Lo sé. —dijo como si se sintiera orgullosa y seguimos desayunando— Al príncipe azúl lo llamaremos Stephen.

Negué viendo que no tenía remedio—Pues... Nada. —Me eleve de hombros— No hemos hablado desde que volví. —dike tomando un sorbo de café.

—¿Y te gusta él chico? —¡Diablos! ¡¿Que le pasa a todo él mundo?!.

—¡No!, No me gusta, ni estoy enamorada, ni nos casaremos... ¡Joder!. —Que molesto es esto. No me gusta Stephen... O eso creo... Ay por favor, claro que no Kiara.

—Tranquila, bruja. —dijo revoloteando sus ojos— Que histérica. —Comento por lo bajo pero la alcance a escuchar así que le tiré un pedazo de mi sándwich en la cara.

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Iba caminando hasta él jardín de Adam. Mi auto se puso en modo inútil y lo tuve que mandar al mecanino, y como yo no se nada de autos y si se me llegase a ocurrir la grandiosa idea de averiguar qué es lo que tiene... Probablemente destruya todo y me quede solo con las rudas. De verdad que en ese aspecto soy demasiado nenita para mis cosas, en cambio Tay es otra cosa. Es capaz de desmantelar y armar su auto cuando quiera, eso pasa por vivir con un padre que ama los autos, tiene un taller (donde esta mi auto en estos momento), y corría en carreras, así que ni modo de que...

–Hey tu –Mis pensamientos se vieron cortados por una voz desconocida y unas mano delgada y con uñas muy largas con um diseño extravagante.

—¿Sí? —Mire su mano y luego subí mi mirada para ver su rostro– Me tienes que estar confundiendo. —dije dándole media sonrisa he intentando safarme de su agarre pero la mujer no me soltaba– ¿Podrías soltarme?, me tengo que ir... —tomé su mano y la jale alejándola de mi.

—Deja a mi novio en paz, ¿Quieres? Stephen es mío hacen años –Sus azules ojos me miraban de una forma penetrante y amenazadora, y al parecer tenía un tic porqur su ojo no dejaba de tiritar— Busca a otro si quieres un padre por tu pobre hijo, pero él mio no lo sera. —Su sonrisa estaba llena de maldad y en el momento que nombró a mi hijo juro por Dios que se me metió él diablo en el cuerpo.-....no es mi culpa que no puedas mantener a un hombre a tu lado, bruja. Nadie es tan tonto para querer cuidar a ese pobre hijo tuy...

Mi mano voló hasta su cara con la precisión de Jackie Chan haciéndola tambalear un poco en sus ridículos tacones. Ella chilló y toco su mejilla, ahora con mi mano marcada.

—Mira maldita zorra, a la próxima vez que mi hijo salga de tu asquerosa boca voy a arrancar tu tintura de pelo barata con mis uñas hasta sacar cada pelo de tu horrible cabeza. -Me acerqué a ella mientras hablaba haciendo que retrocediera, hasta que llego un punto en él que él tacón de su zapato se dobló haciéndola caer al suelo– Nadie habla de mi hijo y sañte intacta para contarlo. ¿Me escuchaste, puta de un dolar? —mi dedo la apuntaba en cada palabra y podía ser más pequeña que ella pero si tocaban algo valioso para mi podía pelear contra 100 como ella— Que te quede claro. —me puse recta en mis cómodas zapatillas y comencé a caminar en dirección al jardín de Adam, otra vez.

Mi manos tiritaban y mi cuerpo aún seguía lleno de adrenalina. Si esa mujer no hubiese hablado de mi hijo las cosas habrían sido diferentes, la verdad es que ni siquiera me habría acercado a ella, ni escuchado y menos golpeado. Pero la estúpida toco algo que en serio me importa y soy capaz de luchar con uñas y dientes por mi hijo. Y creo que ese es el pensamiento de cualquier madre.

Llegué a buscar a Adam y este corrió hasta mi acompañado de la mano de su cuidadora. Se veía tan hermoso. Jamás dejaría que alguien lo dañara, jamás.

Stephen

—¡¿Que hiciste qué?! —En sus ojos pude ver una pequeña chispa de culpabilidad que rápidamente fue reemplazada por su enojo— ¡Kiara no tiene nada que ver! —jale mis cabellos completamente estresado— Lo nuestro terminó hace un año y no tienes derecho a reclamarle nada y mucho menos ir amenazando a las chicas que me gustan.

—Así que la cabeza de moco te gusta. —Que madura. No se en que momento de idiotez me gustó ésta chica.

—Olvidado. —dije ya cansado de lidiar siempre con ella— No te vuelvas a aparecer por el gimnasio porque yo mismo me encargare de echarte, ¿Me oíste?.

—¿La defenderás a ella? —preguntó indignada pero de un segundo a otro su rostro cambió a uno de tristeza, se levantó y agarró mi rostro con sus manos para que la mirara— ¿Qué hay de nosotros? Yo te amo Steph, no lo he dejado de hacer. —y seguido de eso intentó besarme pero corrí mi cara al instante.

—Ya no se en qué tono decírtelo Brianna. —dije alejando sus manos de mis rostro— Si decidí seguir entrenándote en el gimnasio fue porque Jhon me lo pidió. Porque eres su sobrina y nada mas, pero se acabó.

—Steph... —susurró con una voz dolida. No se en qué momento pensé en que pude estar enamorado de ella. No se ni por qué estuve con ella— Pometo no volver a hacerlo, pero no te enojes comigo, bebé, no lo soporto...

—Vete. —me alejé de ella y fui hasta la puerta— No quiero volver a verte ni que te aparezcas por mi departamento.

—Pero Steph... Ella debe ser una zorra y tu la defiendes...

—¡Vete, Brianna! -Ahora si me había enojado— No me vuelvas a dirigir la palabra ni a respirar cerca mío. Solo vete y no vuelvas más. —le abrí la puerta yme quedé ahí parado esperando a que salga de una maldita vez.

—Bien. —dijo de forma cortante agarrando su bolso— Me iré. Per te arrepentirás de esto, James. —Agarró mi cara y luego la soltó una vez que salió por la puerta.

Ahora tengo que arreglar este problema con Kiara, y no sé si va a querer escucharme.

***

Capítulo editado.

YOU (Terminada - EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora