Quince. (c.e.)

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Me desperté gracias a unas pequeñas manos recorriendo mi rostro, abrí mis ojos y unos hermosos y grandes ojos azules me miraban con una pequeña sonrisa. Qué mejor que despertar junto al amor de tu vida.

—Hola, guapo. —Lo acerqué a mi y este se enterró en mi cuello mientras lo oía reír— ¿Cómo amaneció mi bebé? —Besé el cabello rubio y largo de Adam y este se separó de mi hasta gatear y bajarse a duras penas de la cama— ¿Qué haces? ven aquí con mamá —Palmee la cama y este sólo rió y gateo hasta la puerta para salir al pasillo rápidamente.

Me levanté riendo y camine descalza por el pasillo para poder alcanzarlo, pero antes de que tomara su pequeño cuerpo otra persona lo elevó y lo puso a mi altura.

—¿Arrancabas de tu mamá? —Stephen rió y Adam tapó su pequeña boca apoyando su cabeza en el hombro de Stephen.

—¿Cómo haz dormido? —Pregunté y pase por su lado directo a la cocina— ya tenías todo listo —dije sonriendo y observando la mesa lista con un rico desayuno en ella.

—Dormí... bien. —Elevó los hombros con una mueca en su rostro— Dentro de lo que se puede en la pequeña cama de Adam. —Me reí y acaricié su brazo.

—Para la la próxima dormirás mejor. —y después de decir aquello lo pensé y analice, y no sé cómo tomar lo que acabó de decir— ¿Comemos? —preferí hacer el loco y cambiar de tema, el sólo rió y asintió dejando a Adam en su silla de comer.

—Perdón por llegar de improviso ayer. —me miró dejando a un lado su taza de café— Quería verte y no pensé que estabas con tus amigos.

—No te preocupes. —hice un ademán con las manos restandole importancia— Fue bueno que vinieras, en serio. —dije dándole una sonris— A mis amigos les caíste bastante.

Él sonrió— Son muy divertidos. —yo asenti y le di la mamadera a Adam, quien la tomó con gusto— ¿Hace cuanto los conoces?.

—Poco más de un año. —dije mientras me hacía un sándwich— A Taylor la conozco desde hacen varios años, se vino conmigo cuando me cambié de ciudad.

Él asintió mientras levanta sus cejas en un gesto de comprensión— Una gran amiga si se vino por ti.

—Si que lo es. —dije sonriendo y lo mire- Cuéntame de ti.

Hizo una mueca mientras observaba su taza — Bueno, ya sabes que viví con mis padres hasta hace unos años atrás, soy hijo único, pero con muchos primos. -Rió y yo sonreí— Nacido y criado aquí en Miami, de pocos amigos la verdad. Y no sé qué más decirte...

—Que misterioso... —dije entrecerrando mis ojos en su dirección a la que él soltó una risa—, supongo que con el tiempo te conoceré. —eleve mis hombros como que no quiere la cosa y lo mire mientras me echaba una cucharada de cereal a la boca .

—Supongo que si. —me sonrió de manera coqueta y su mirada cambio de normal a una totalmente pervertida.

—No me mires así. —dije lanzandole un cereal.

—¿Así cómo? —preguntó haciéndose el desentendido mientras se comía el cereal que le había tirado, pero rápidamente su mirada volvió a ser la misma que hace unos instantes.

—¡Así! —lo apunté y luego quité mi mirada viendo hacia otro lado. Pero él sólo se largó a reír.

Terminamos de desayunar y comenzamos a limpiar la cocina mientras Adam jugaba en su andador. Sentí él sonido del citofono y lo fui a contestar.

—¿Diga?

Señorita Kiara, hay un chico aquí llamado Ryan Benson...

—Oh por dios. —susurre y una sonrisa se me escapó sin poder evitarlo— Que pase, digale que pase.

Ok.

La línea se corto y mi corazón latió de alegría. Abajo estaba mi primo.

—¿Qué te sucede? —Abri los ojos y me sonroje al instante.

—Nada —agite mi mano restándole importancia y camine hasta mi bebé.

—Ya me tengo que ir. —dijo detrás de mi y me voltee.

—Pensé que te quedarías a comer. —dije dejando a Adam en él sillón y caminé hasta Stephen.

—Estas rara hoy... —murmuro entrecerrando sus ojos. Yo me hice la tonta porque la verdad es que si me sentía rara hoy y aunque que costara confesarlo... No quería que se fuera.

—Estoy como siempre.

—Si... —dijo con un tono sarcástico perp divertido—  Tengo que ir al gimnasio, me toca trabajar hoy. —dijo haciendo una mueca— Pero te llamaré, lo prometo. —me apuntó con su dedo y yo solté una risa.

—Está bien —lo compañe hasta la puerta, pero justo al abrirla me encontré con Ryan— ¡Ry!. —no pude evitara emoción y me lancé para abrazarlo enredando mis piernas en sus caderas— Te extrañe tanto. —susurre en su oido a punto de largarme a llorar.

—Tambien yo, k. -Me abrazó mas fuerte y enterró su cabeza en él hueco de mi cuello.

Sentí un carraspeo y me percate de que Stephen seguía parado en la puerta, algo avergonzada me baje de los brazos de Ryan y tome el brazo de mi primo.

—Él es Stephen, un amigo. —Stephen me miro y luego miro a Ryan.

—Un gusto, soy Ryan. —hablo mi primo mostrandole una sonrisa y ñe estiró la mano a modo de saludo.

—Stephen. —sonrió sin mostrar sus dientes y luego soltó su mano— Hablamos luego, ¿Si? —bajó hasta mi mejilla y dejó un beso en ella— Nos vemos.

—Adiós. —sonreí y lo vi caminar hasta perderse por él pasillo.

Y quedamos mi primo y yo parados en la puerta mirando a la misma dirección en donde se había ido Step.

—¿Quien es ese? —preguntó Ryan con voz burlesca y yo lo quedé mirando.

—¿Ya vas a empezar?.

—Era solo una pregunta. —contestó virando los ojos haciéndome reír— Prometo no matarlo. —dijo de forma inocente.

—Me dejas mucho mas tranquila. —hablé con ironía y lo hice pasar.

—¡Mira lo grande que estas, campeón! —Ryan levantó a Adam del sillón y lo elevó haciendo un típico avioncito— Ahora eres hippie con ese cabello largo —dijo desordenando su cabello haciéndome reír.

—No he tenido tiempo de ir a la peluquería con él.

—Pero veo que tu si —dojo volteandose a mirarme— ¿Cuantas veces cambiaras el color de tu cabello? —se sentó en él sillón con Adam en su regazo.

—Sabes que me lo tinturo yo sola. —bufé y caminé hasta sentarme en el sillón frente a él— Y no sé... Supongo que hasta que este vieja.

—Pues serás una vieja bien fea con el pelo verde. —le tire un peluche pero este lo alcanzó a agarrar en él aire.

—Deja de criticar mi cabello -Lo apunte con mi dedo tratando de parecer y sonar intimidante.

—Después hablaremos de tu cabello —agitó su mano y me hizo un espacio a su lado indicándome que me sentara— Ahora cuentamente, ¿Quién es él? —habló entusiasmando— Y no me digas que es solo un amigo. —puso los ojos en blanco provocando que soltara un bufido.

—Es solo un amigo, te lo aseguro. —levante mi mano en señal de que decía la verdad- Por mi parte estoy intentado abrirme a la posibilidad de conocer a alguien más —suspiré— Pero ahí estoy, conociéndolo.

—Al fin, prima. —sonrió mostrando su perfecta dentadura— ¿Cuanto costó que te dieras cuenta de que mereces ser feliz de nuevo?.

—Una larga conversación con Tay. —dije sonriendo.

—Esa mujer se merece un altar —dijo mientras le hacías cosquillas a Adam.

—Ya lo creo.

***
Capítulo editado.

YOU (Terminada - EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora