Catorce. (c.e.)

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Me encontraba en la sala estudiando para un próximo examen de bacteriológica, el cual estaba algo complicado, pero siempre me gustó biología en la escuela así que le agarré mucho gusto estudiar todo lo que tenga que ver relacionado con eso. Adam estaba a mi lado jugando con sus llaves de goma, ya había tomado su leche así que podía estudiar tranquila, hasta que sonó el citofono y me tuve que parar a contestar.

—¿Si?.

—Señorita Kiara, hola. Tenemos a un chico llamado Stephen aquí. —El guardia era nuevo así que no lo conocía, y podía escuchar a los lejos la voz de Stephen diciendo "Déjeme pasar, si me conoce".

—Ahm... Si dejelo, dejelo pasar. —Apoye mi cabeza en la pared goleando mi frente despacio diciéndome tonta dentro de mi.

—Ok. —Colgué él teléfono y pegué un suspiro. Debí decir que no. Siempre tan bruta.

Fui a la cocina por un vaso de agua, despues de la pelea con aquella chica no he querido saber mucho de Stephen, ni de sus mensajes o llamadas, y ahora estaba viniendo a mi departamento para hablar conmigo, y sé que él no había habladp mal de mi hijo, pero por su culpa me metía en problemas que conmigo nada que ver. Me sentía nerviosa y no sabía por qué.

Sentí unos leves toques en la puerta, deje él vaso en la encimera y me acerqué para abrirla. Él estaba ahí con una cara que no sabría descifrar. Me hice un lado para dejarlo entrar y luego cerré la puerta tras de mi.

—Venía a disculparme... —Hizo una mueca con sus labios.

La verdad era que no estaba enojada con el, insistía, él no tenía la culpa de que la chica esté tan loca, pero aún así me sentía incómoda con la situación. .

»—No pensé que Brianna sería capaz de hacer algo así.

—Da igual. -Eleve mis hombros queriéndole restar importancia— Al fin y al cabo fui yo quien terminó por amenazarla —Stephen soltó una pequeña risa.

—Yo no estoy con ella, lo nuestro acabó hace más de un año, pero la sigo entrenando en él gimnasio solo porque es la sobrina de Jhon...

—No me des explicaciones, no tienes por qué, Stephen. —Caminé hasta sentarme en el sillón y él se sentó al lado mío.

—Aun así necesitaba saber que estamos bien —Se acomodó de tal manera que estaba mirándome de frente.

—Si, lo estamos. —Toque su brazo y le di una apretón amistoso— Pero a la próxima de verdad que la dejo calva.

Stephen soltó una carcajada que hizo que yo también riera. Pero era la verdad, nadie toca a mi hijo y queda bien parada.

—Bien... —su risa se fue apagando y la mía también— Me tengo que ir. —Se levantó del sillón y caminó hasta la puerta. Camine rápido detrás de él. La vedad es que no quería que se fuera.

— ¿Y si te quedas...? —Hablé rápido antes de que se fuera— Podemos pedir algo para comer... —Me sentía nerviosa y bastante tonta.

—¿Por primera vez me estas invitando tu? —dijo con una sorpresa exagerada— ¡Wow! Esto pasara una vez en mil años así que acepto. —Ambos reimos y yo empuje su pecho con mi mano.

...

—¿Qué? -Tay me miró con una ceja alzada— Lo haz invitado a quedarse. —Dice en voz baja como si le costara entender.

—Que pesada eres. —vire los  ojos y mire como Adam jugaba en el pasto.

—¿En serio no te gusta? —Me preguntó mirándome a los ojos.

—No, solo me agrada —respondí elevando mis hombros sin saber qué más decir— Lo conozco hace poco, Taylor, ¿Cómo podría gustarme?.

—Gustandote —Habló con tono de burla, como si fuera algo obvio y me dieron ganas de golpearla.

—Contigo no se puede. —Negué con la cabeza y la quedé mirando. Ella me observa divertida.

—Quizas no tienes sentimientos fuertes ni nada de eso. —Movió sus manos intentado explicarme— Pero quizás algo de él te atrae, o te llama la atención. No me lo puedes negar.

Lo pensé unos segundos y hablé —Puede ser... —dije susurrando—, pero Connor...

—Dios, Kiara... Deja a Connor descansar, amiga. —dijo agarrando mis hombros— De los años que pude conocerlo sé perfectamente que a él no le hubiese gustado que estuvieras así, fui su mejor amiga toda la vida y te seguí hasta aquí para que fueras feliz otra vez. Él siempre me dijo que te cuidara, y que te hiciera entender que si algun día él faltaba fueras capaz de encontrar a otro chico que te hiciera feliz. —ella suspiró y podía ver que estaba cansada de siempre decirme lo mismo— Sabes que te amo como si fueras mi hermana, y te seguí aquí para verte bien y tranquila y no me arrepiento... —a ese punto mis ojos estaban llenos de lágrimas al igual que los de Taylor. Y era verdad, ella me siguió hasta aquí sin dudar ni un solo segundo, y sólo por verme bien y acompañarme— Tienes derecho de volver a querer a otro hombre y que te quieran el triple, amiga. No te cierres ante la posibilidad de volver a sentir eso.

Las palabras de Tay me habían dejado en otro sitio. Connor siempre me decía que si algún día él moría, yo debía ser feliz y encontrar un hombre que me amara más de lo que él lo hizo, si es que era posible que alguien me amara más que él.

Tay me abrazó y pude soltar todo él dolor en ese abrazo, no me importo el estar en un parque y que la gente nos viera, necesitaba sacar todo lo que no había podido sacar de mi, toda la tristeza y la soledad que sentía, la rabia y la impotencia de que me hayan arrebatado a esa persona que lleno mis días de colores y sentimientos nuevos. Todo ese dolor acumulado por meses estaba siendo vaciado este día, no estaba olvidado, pero si liberado. Y logré entender que tengo derecho a ser feliz de nuevo, a volver amar y sentirme amada. A Connor jamás lo olvidaría, él siempre estaría ahí, pero de él aprendí que la vida sigue y que no te puedes quedar atrás.

Cuando el llanto de ambas se detuvo decidimos volver a mi departamento y distraernos con los chicos, los llamamos y llegaron a los minutos después con cervezas y mucha comida.

Adam se encontraba durmiendo en su habitación, yo no estaba tomando nada, solo una bebida, aun que los chicos llevaban varias botellas vacías en la mesa sabían comportarse. Contábamos anécdotas de cuando llegamos a la ciudad, de como nos conocimos.

Camine hasta la habitación de Adam después de escucharlo quejarse por el monitor, estaba todo destapado y abrazando a su peluche. No entendía la mania que tenía Adam de querer estar con poca ropa a toda hora del día. Cuando lo volví a tapar dejé un beso en su suave frente y camine hasta la puerta, pero me choque con alguien al salir.

-Hey... ¿Qué haces aquí? -Pregunte en un susurro pero con una sonrisa en mis labios.

—Queria verte... —Stephen sonrió y dejo un beso en mi mejilla.

—Me alegro que estes aquí —Me sonroje sin poder evitarlo. Él sólo me guiñó un ojo y pude sentir mi estómago dar vueltas mientras ambos volvíamos a la sala.


***
Capítulo editado



YOU (Terminada - EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora