Ocho. (c.e.)

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Era día domingo y este lunes entraba a la universidad, ya estaba en mi último año y estaba anciosa por empezarlo. Adam se quedería en una guarderia mientras yo esté en clases. Tenía que comenzar a trabajar otra vez en la pastelería, se me acabaron las vacaciones así que hay que volver a la rutina. Lo que más me dolia era dejar a Adam la mayoría de la tarde a cargo de otra persona, pero tenía que salir adelante por él, así que habrán sacrificios de por medio.

Eran pasado las cinco de la tarde y le estaba haciendo una mamadera a Adam mientras el estaba viendo caricaturas en la TV de la sala. A los minutos sonó el teléfono del departamento, era el conserje diciendo que había un chico llamado Stephen en recepción preguntándo por mi, yo reí y le dije que lo hiciera pasar.

Le serví la mamadera a Adam y lo acomodé entre los cojines para que estuviera mas cómodo. Sonó el timbre y me paré para abrirle a Steph. Él venía con dos cajas de pizza en una mano y en la otra una botella de bebida.

-Traje la cena -Ambos reímos y lo hice pasar. Le quite las cajas y las deje en la isla de la cocina.

-No tenías por qué -Lo mire y sonreí. Este elevó sus hombros restandole importancia.

-¿Dónde esta Adam?

-En la sala viendo Bob esponja -reí y fuimos a ver a mi pequeño.

-Hola campeón -Stephen se sentó a su lado. Adam pasó de ver sus ojos a ver solo sus multiples tatuajes- veo que te gustan -Yo reí- nos iremos a hacer uno los dos, ¿Te parece? -Tomó a Adam y lo sentó en sus piernas. Yo sólo reí.

-Eso será después de los quince años.
-Les advertí a ambos y los dos rieron en sincronía, como si mi pequeño hubiese entendido aquella broma.

A la hora después comimos la pizza sentados en la alfombra de la sala mientras Adam veía una pelicula animada. Era entretenido estar así con Stephen. Entendió que quería tener una amistad con él y estamos bien con eso.

Adam se había quedado dormido para cuando su película acabó, así que lo fui a acostar a su habitación y prendí su espanta cucos. Dormía tan relajado que me encantaba verlo. Acaricié su mejilla y deje un beso en su frente con cuidado de no despertarlo, y me levante con cuidado de su cama para luego salir dejando la puerta semi abierta.

Cuando llegue a la sala, pillé a Stephen ordenando y limpiando todo lo que habíamos usado a la hora de comer.

-Deja ahí, yo lo hago después.

-No es nada. -Giró su cuello en mi dirección y me sonrió- No me cuesta nada, en serio.

Comencé a secar y guardar la loza que lavaba Stephen mientras ambos estábamos en silencio.

-¿Estás nerviosa por mañana? -habló rompiendo el hielo y me quedo mirando unos segundos, para luego volver su mirada a la blanca espuma y platos sucios.

-Estoy anciosa la verdad. Quiero que este año termine rápido y asi poder trabajar haciendo lo que quiero.

-¿Qué piensas hacer después de salir?

-Tener mi propia pastelería -Sonreí con nostalgia al saber que ese era nuestro sueño. De Connor y yo.

-Eso está genial. -Me dió una gran sonrisa.

-Sí, pero primero hay que reunir el dinero y para eso hay que trabajar duro.

Él simplemente asintió mientras me miraba y no dijo nada más.

Al terminar de lavar y ordenar todo, nos fuimos a la sala y nos sentamos en el sillón para descansar, nos quedamos callados un momento pero son esos silencios nada incomodos, fue uno de esos momentos de silencios que disfrutas con la otra persona.

YOU (Terminada - EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora