La llegada a tierra firme fue tremendamente dramática, algunos gritaban desesperados por ayuda, otros se abrazaban e incluso corrían a buscar equipajes. Vimos acercarse unas luces que inundaban todo el lugar, devolviendo un ritmo cardiaco prudente a nuestros cuerpos. Samantha me miró en calma, mientras que Diego saltaba alzando los brazos y gritando en ruso "¡Estamos aquí!" Yo no pensaba en ser rescatada, sólo quería saber que estaba pasando en la cabeza de Alek luego del tremendo beso que le había plantado.
Le miré con dudas, pero sonriéndole sin pedir disculpas. No iba a fingirme arrepentida de aquello sólo porque no moriríamos. Me tranquilice al ver que tampoco él prestaba atención al importante evento.
Verónica reunía a los chicos en filas para ser trasladados al carguero. Mientras que Karim salía de los camarotes seguida por los enfermeros a cargo de todos los alumnos extra especiales de Bostroff.
Había una histeria colectiva en el barco, todos querían salir del naufragio y beber algo caliente, —cortesía de los amables rescatistas— pero nosotros no nos movimos de la cubierta. Empecé a desesperarme porque creía haber esperado el tiempo correspondiente para que Alek me dijera algo atinado, así que tuve toda la intención de ponerme de pie, cuando le escuché hablar.
—Así que te gusta mucho el piano. —Me reí porque él se mordía el labio inferior aún rojo por la presión que habían dejado los míos.
—Me gustas tú. —Respondí mirándolo directo a los ojos más azules que el propio azul.
Diciendo lo que tenía que decir me levanté para salir del crucero. Verónica nos llamó a Samantha, Karim y a mí indicándonos que debíamos aguardar sentadas en el lugar que se nos asignara. Perdí de vista a Alek y decidí centrarme en otras cosas por ahora, era demasiado la idea de la sobrevivencia, el internado del terror en Bostroff y la posibilidad de estar interesada en alguien realmente.
El carguero sólo nos dejaba en la base Frei por lo que una vez llegado ahí debíamos subir a un avión que nos llevaría a "Bostroff Central". Antes de salir decidí pasar al baño, entonces comprendí porque nadie había estado histérico durante los once días arriba del barco ni en el casi naufragio. Mis queridos compañeros adictos habían estado inyectándose alegrías en el camino a Bostroff. Yo, hice lo que venía a hacer, más algo un poco desesperado... Recogí un pito a medio terminar, lo encendí de nuevo y lo fumé. Abandoné el baño absolutamente relajada, y dispuesta a conocer el bendito centro de rehabilitación. Si la seguridad era igual a la que había hasta el momento, esto sería pan comido.
Nos subimos al avión y algo inesperado ocurrió ¡Verónica pasó la antorcha! Nos presentaron por los parlantes al nuevo jefe, maestro, sensei o lo que fuera, Igor Urbanowicz. Ese si que era un pez gordo. Junto con saludar nos dio una bienvenida mezclada con disculpas por el "incidente del barco" y nos pidió colaboración durante los "preliminares" que según sus palabras era "la primera etapa del largo proceso educacional en el centro".
—¿Qué es eso de las preliminares? —Pregunté a Samantha.
—Hay una maquina enorme, como un robot, de hecho tiene un nombre algo así como el "Scan 5000". La última vez que estuve aquí nos hicieron los análisis prácticamente en el hall. Después del examen, nos entregaron itinerarios de citas médicas y también nos sugirieron actividades recreativas; deporte, música, teatro, esas cosas.
—¿Esto estaba en el manual?
—Sí, más o menos. Diego me preguntó el otro día sobre el Sector B. —Yo puse cara de interrogante, Sam siguió hablando.—Es un mito respecto a Bostroff, dicen que en el Sector B prácticamente se tortura internos, pero la verdad es que sólo recuerdo las alcobas donde dormíamos y los sectores del staff.
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Drogas & Demonios
Mystery / ThrillerCatalina D'aggostino, odiosa adolescente de la elite Chilena, clasista y obsesionada con su peso, huye de su realidad acomodada y vida de excesos luego de enterarse de un asqueroso secreto en su familia. En un viaje al fin del mundo Catalina de...