Drogas & Demonios

Capítulo 30. La novia

-¿Pardon me? -Se escuchó un acento tejano al otro lado de la línea.

-Le hablo desde la Antártida, su hija Katherine...

-¿Está bien?

-¡Si, claro! Lo siento no debí comenzar así.

Tim Walker permaneció en silencio.

-Katherine no puede comunicarse directamente con usted así es que por eso habla conmigo.

-¿Y usted es?

-Ricardo Domínguez, amigo de su hija.

-Amigo...

-El tema, Señor Walker, es que requerimos de su asistencia en un exorcismo.

El papá de Katherine Walker tenía un español nivel medio bastante aceptable pero luego de un rato Ricardo aclaró que entendía inglés perfectamente, así es que el pastor comenzó a explicar la situación en su idioma. Rick pretendía anotar todas las indicaciones y detalles del ritualismo en máximo detalle pero el hombre del otro lado de la línea le sorprendió con una simple pregunta: ¿Usted tiene fe?

Tim Walker le dijo a Ricardo que no era necesario que él fuese un sacerdote habilitado y entrenado, que no temiera, pues la efectividad del "exorcismo" no dependía de sus credenciales, sino del nombre que sería invocado, del nombre que tenía poder. Al parecer no sería necesaria el agua bendita, tampoco la intercesión de los santos, ni siquiera un crucifijo. Ricardo estaba intrigado pero el Pastor Walker aclaró una a una sus dudas y le explicó que la única fuente de verdad absoluta era la biblia y en ella no se indicaban formas específicas para tratar con demonios. Por el contrario, Jesús había reprendido a los espíritus inmundos a plena luz del día, en lugares públicos y simplemente hablando con autoridad, así mismo habían procedido los discípulos.

El pastor volvió a preguntarle si tenía fe. Si no había en él un corazón rendido a Jesús entonces no podría ayudar a nadie, esas fueron sus palabras exactas.

Tim sonaba como un buen tipo, sonaba exactamente como el hombre que había criado a Kate o eso pensaba Ricardo. Le pidió que fuera responsable con la vida de las personas a su alrededor, que no se enfrentara a la chica poseída con prejuicios sino con fe en que Cristo podía liberarla. Finalmente le aseguró que junto a su iglesia, en San Antonio, se reunirían para estar con ellos a través de la oración, esperando que se comunicaran nuevamente.

La mamá de Katherine, que hablaba mucho menos español que su marido, igualmente intentó hablarle a Rick en su idioma natal como muestra de cortesía.

-Decir Kate que estar orgullosa de ella y no estar sola.

-Se lo diré, Señora Walker.

-Dios pelea por ustedes ¡Fe, Ricardo! - Dijo finalmente.

-Tengo fe y tengo a su hija, vamos a estar bien.

El papá de Kate volvió al teléfono.

-Escuchen a Dios, Él va a dirigirlos, son circunstancias extremas así es que atentos.

-Gracias por su tiempo. -Contestó Rick terminando la conversación.

Kate se había sorprendido de la facilidad con que Ricardo había llevado la llamada telefónica sin recurrir a ella ni ponerse especialmente nervioso. Le dio el mensaje de su mamá y ella se emocionó al pensar en su familia. Manteniendo la sorpresa, Rick le contó las instrucciones de su papá, y casi fascinado habló de la iglesia movida a orar por ellos toda la noche. Discutieron el valor de la oración y Ricardo comenzó a comprender un poco más del mundo que había descubierto. Las condiciones eran extremas ¿Cómo no iba a creer?

Katherine le habló de la convicción que sentía respecto a Catalina, como Dios la había enviado hasta ella con un plan. No por casualidad le fue revelada la situación espiritual de aquellos hombres en la sala de emergencias en Bostroff. No porque Katherine fuera especial podía ver los demonios que acampaban alrededor de Catalina, sino que era Dios quien se lo mostraba para que ella en nombre de Jesús interviniera en la situación. Kate estaba segura de ir al alero de Dios, y bajo esos términos, estaba dispuesta a enfrentar cualquier peligro.