—¿Entonces, veintitrés, veinticinco, cuantas vueltas alrededor de sol? —Ricardo preguntó, mirando a la rubia sentada en la mesa.
—Veintitrés. —Contestó Moro, sin darle lugar a Catalina para decir la verdad.
Ángel disfrutaba de su cazuela sin mirarlos, orgulloso de sus habilidades como cocinero y esperando las felicitaciones. Sin embargo, Catalina seguía siendo el centro de atención, era su cumpleaños.
—¿Qué has aprendido este año? —Ricardo hizo otra pregunta esperando escuchar una respuesta interesante que explicara la tensión sexual entre ella y los demás hombres que les acompañaban.
—Han pasado tantas cosas, el asunto mágico está tomando más forma...— Ángel le pegó una patada debajo de la mesa y ella alcanzó a recordar que debía convencer de su experticia sobrenatural a Ricardo, que empezaba a levantar una ceja. —...Ya sabes, he adquirido mayor poder acá en la Antártida, es un ambiente muy propicio para las artes oscuras.
—Las artes oscuras. —Repitió él, pensando en Harry Potter —¿Y cómo van los ciclos de sueño? ¿Bien? Levitando has alcanzado alturas que van entre noventa centímetros a un metro dependiendo de la noche. Ayer incluso hablaste un rato. —Catalina se sorprendió por la revelación pero disimuló.
—Si bueno, hay noches en que repito ciertos encantamientos para... reconocer, emm, para atraer a las presencias hasta aquí. —Ricardo quedó con una pregunta sin hacer porque Ángel tomó la dirección del interrogatorio.
—¿Y estas presencias son lo suficientemente poderosas como para un ataque a Bostroff de aquí al viernes?
—¿Viernes? ¡Ángel hay mucho que planear! —Contestó Ricardo, con el ceño fruncido, adelantándose a Catalina.
—¿No comienzan mañana acaso los tres días de oscuridad? Estuve leyendo al respecto y hablaban de una posible mal función de los aparatos tecnológicos por los efectos geomagnéticos del sol. Si el universo nos está ayudando debemos aprovechar estos días. —Dijo Ángel sin que Ricardo alcanzara a reclamar, Moro y Catalina comían en silencio.
—He visto a Catalina utilizar a los habitantes, la he visto mover cosas y todos la hemos observado volar ¿Qué más estamos esperando?
—Levitar inconscientemente no es volar, Ángel. Además, se suponía que ella adivinaría si Rafael estaba vivo o muerto, esa era toda su participación ¿No, Moro? Contestó Ricardo pidiendo explicaciones con las manos en el aire.
—Ella tiene el grimoire, sólo debemos direccionar su poder hacia lo que necesitemos allá adentro, podemos trabajar en distintos escenarios estos días y estar preparados para el viernes. Lo que no podemos seguir haciendo es arriesgar a Moro en la ONG y la verdad Rick, nadie te soporta aquí encerrado un momento más ¡Estas insufrible! —Agregó Ángel bebiendo de su vaso que esta vez contenía agua. Matías decidió intervenir con su voz cansada.
—Si atacáramos el viernes, estaríamos hablando de cuatro días más. Nos queda poca comida y, cuando fui por el pollo, supe que recién el lunes es día de entregas. De triunfar el viernes no tendríamos que hacer otro pedido. Mi papá podría sacarnos de aquí el mismo sábado y Ángel podría estar con Sofía el domingo.
—No estoy de acuerdo. —Dijo Ricardo, cruzando los brazos. —Primero lo primero, no hemos identificado al médico a cargo de cosechar órganos en Bostroff porque Matías ha preferido dárselas de Romeo y comprar un pollo en vez de ir a por Mendel.
—¡Ricardo! —Catalina gritó disgustada por la posición en que Moro quedaba.
—No es necesario que me defiendas. —Dijo Matías sin mirarla, y entonces ella contestó.
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Drogas & Demonios
Mistério / SuspenseCatalina D'aggostino, odiosa adolescente de la elite Chilena, clasista y obsesionada con su peso, huye de su realidad acomodada y vida de excesos luego de enterarse de un asqueroso secreto en su familia. En un viaje al fin del mundo Catalina de...