Ellos conversaban y bebían tranquilamente en la guarida pero estar ahí, era surreal para mí. Había tratado de seguir su diálogo pero el whisky en mi mano era mejor que verles hablar, era mejor que intervenir, era mejor que todo.
—Ricardo no sabe que tomé su auto hoy. —Dijo Matías, una vez que dejé de ser el centro de atención.
—Debe haberlo averiguado a estas alturas Moro. —Contestó Ángel como si esa fuese la última de sus preocupaciones.
—¿Decidimos qué es lo que le diremos? —Matías miraba a Ángel esperando por su respuesta.
—Tendremos que mentirle. —Contestó el moreno apuntando su barba al cielo y con cara de no querer hacerlo.
Moro se volteó hasta mí, posando sus ojos en la copa que sostenía antes de llegar a mirarme directamente a la cara. Como si acabara de darse cuenta de que le he había servido un whisky a la alcohólica recientemente expulsada de rehabilitación.
Ángel habló.—El plan es el siguiente, con Rick vas a hacer como que las artes oscuras son tu dominio total. No vas a dudar en su presencia, y vas a continuar siendo la Catalina Seinfield que contratamos. No tiene por qué saber de la usurpación, ni de Jamelia ¿Estamos? —Su rostro mostraba disgusto, como si mentirle a Ricardo verdaderamente le causara una incomodidad física.
—Estamos. —Contesté seria. —¿Pero cómo haré para descubrir los misterios del libro?
—Si tienes dudas respecto a él puedes hablarlo conmigo o con Ángel, Rick no está en la cabaña durante el día. —Aclaró Matías, volviendo a sonar de mi lado.
—Respecto al día y la noche... —Dije empezando a sentir el Whisky en la cabeza.
—Puedes dormir con nosotros o puedes dormir en la habitación del primer piso. —Respondió Borges.
—Tu decisión.
—¿Y qué me pondré? —Ambos se quedaron viéndome sin entender el alcance de mi pregunta.
—No tengo nada que ponerme, mi maleta se perdió en el avión que debía llevarme a Chile.
En Bostroff me había salvado porque el sistema de uniformes funcionaba peculiarmente. No tenían sólo un set de ropa preparado para la verdadera Catalina Seinfield sino que había un guardarropa con tallas, desde la más pequeña a la más grande, en un closet comunitario gigante. Por otra parte, de mi ropa, lo único que había salvado era un gorro, lentes de sol, mi chaqueta morada, unas calzas térmicas y un par de zapatos café para el frío que ni siquiera eran para nieve. Mi nana y la asistente de mi papá metieron ropa en mi maleta para Punta Arenas, no para la Antártida
—Chile. —Repitió Ángel, hablándole a Matías. Yo los observé con confusión.
—Estoy en eso. —Contestó Moro.
Ellos iban a intentar convencer a mi familia, con su magia virtual, diciéndoles que estaba de viaje por Europa y no había necesidad de iniciar un conflicto diplomático en mi nombre, como Bostroff probablemente pretendía.
—Necesito tomar algunas fotos antes de que llames a tu papá. —Dijo Moro mientras yo le suplicaba a Ángel que llenara mi copa nuevamente.
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Drogas & Demonios
Mystery / ThrillerCatalina D'aggostino, odiosa adolescente de la elite Chilena, clasista y obsesionada con su peso, huye de su realidad acomodada y vida de excesos luego de enterarse de un asqueroso secreto en su familia. En un viaje al fin del mundo Catalina de...