Capítulo 23. Conexión

138 7 0
                                    


Ricardo despertó en una habitación apenas iluminada, miró a su alrededor y vió a Kate durmiendo en la silla junto a él. Hasta el momento nada se había quemado, ni por las velas ni por las habilidades de la rubia en la cocina, pensó. Su anfitriona le daba la sensación de dueña de casa amateur pero probablemente era un prejuicio en base a su profesión.

Ella roncaba y él no recordaba haber escuchado a una mujer roncar a su lado desde... no, nunca había escuchado a una mujer roncar en su presencia. La mayoría de sus acompañantes nocturnas se iban del departamento cuando tenían que hacer precisamente eso, dormir.

Ella llevaba puesto un polerón de Harvard, manchado con lo que parecía ser salsa de tomate. Rick se preguntó qué habría cocinado, entonces decidió levantarse. Hizo un esfuerzo por salir de la cama sin hacer ruido, tomó la intravenosa y la bolsa de sangre con la mano contraria a la del hombro destruido y caminó hasta el baño que colindaba con la habitación. Se miró en el espejo y no reconoció al hombre que le observaba de vuelta; desaliñado, desaseado, barba indecorosa para cenar, dientes sucios y ojeras. Así se lucía después de una bala, pensó. Su reflejo aclaraba porque Kate era tan poco receptiva al coqueteo. Intentó arreglarse el pelo con la mano que sostenía la bolsa de sangre aunque la intravenosa no estaba funcionando como debía, no le importó y se lavó los dientes antes de volver a la cama, queriendo probar la ducha.

 Intentó arreglarse el pelo con la mano que sostenía la bolsa de sangre aunque la intravenosa no estaba funcionando como debía, no le importó y se lavó los dientes antes de volver a la cama, queriendo probar la ducha

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kate aún estaba dormía cuando él regresó. Ricardo observó la posición en que estaba sentada y no se veía cómoda, quiso ponerle un cojín en la silla pero ella ocupaba todos los espacios. Se acostó nuevamente y tomó un libro de medicina que Kate tenía en el estante de su pieza; "Técnicas habituales en laboratorio de anatomía patológica".

Cuando ella despertó de la siesta, le pareció que había dormido toda la tarde. Corrigió su postura y se limpió la boca porque había estado babeando. Levantó la cabeza para ver a Ricardo y chocó con sus ojos mirandola fijo de vuelta. Se sintió algo consciente de sí misma pero no lo suficiente como para ir al baño y arreglarse antes de hablar.


-¿Has dormido bien? -Preguntó ella, iniciando la conversación como siempre.

-¿Has dormido bien? -Preguntó ella, iniciando la conversación como siempre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Drogas & DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora