Capítulo 3

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Ya se terminaron las clases de la tarde. Y voy de camino a la cancha de fútbol.

El castigo es ayudar al entrenador. Pero, como a mi me gusta el deporte voy. Y también para no darle mas problemas a mamá. De tanto, que ya tiene conmigo, por eso me cambiaron del otro instituto a este.

Cuando llegue a la cancha, no había nadie. Así que fui y me senté en las gradas. Aproveche y le escribi a carol, que no podia verla en la salida, por que me castigaron una semana ayudando al entrenador. Ella me respondio, que nos vemos mañana en el instituto.

Después de unos minutos veo entrar al entrenador, voy y bajo de las gradas para ir donde el entrenador.

— Usted debe ser Smith.

– Si– digo rápido.

– Me entere que me va a ayudarme en la semana. Así que como empiezas hoy, quiero que vaya a mi oficina y busque las bolas.

– Ahora– digo gruñendo.

– Si, así que búscala. Ah, tienes que pasar por los vestidores de los chicos.

Me doy la vuelta, de mala gana, para ir al los vestidores de los chicos.

Porque, hay que pasar por ahí para ir a la oficina del entrenador. Maldito entrenador, malditos hombres, maldita vida, todo....

Cuando, llego abro la puerta y veo algunos chicos hablando y otros cambiándose o en toallas. Pero los ignoro.

Camino a la oficina del entrenador. Y los chicos me lanzan silbidos, pero los ignore igualmente.

Entro a la oficina del entrenador. Cojo las bolas que estaban en una esquina, cuando iba a salir me empujan hacia atras. Siento que me acorralan, contra la pared.

– Miren, nada mas y nada menos que, ESA.

Me sorprendo con la voz de quien es. Pero, como el es un idiota, no le digo que lo es.

– Que quieres ahora, Hamilton.

– Pues nada y tu. ¿que haces por la oficina del entrenador?

– Pues, pase por los vestidores, para ver los chicos, que estan tan y tan bueno para ligármelos y comérmelos a besos– digo con sarcasmo.

– Jajajaja, que charra– dice acercandose, mas hacia mi.

– Esta bien, para no ser mal educada, para tu información no te recuerdas que me castigaron una semana ayudando al entrenador– le digo mirándolo a los ojos marrones claro que tiene.

– Ah, verdad.

Pero que tonto es. Ni se acuerda de eso, imagínate si le pican las bolas, creo que ni se va acordar de sus queridos amiguitos.

– Como no tienes nada interesante que hacer, te puedes alejar de mi y dejarme salir.

– Si no quiero dejarte salir, que haras.

– No ves que tengo que llevarle las bolas al entrenador.

– Y si no se las llevas. Que harás– me lo repite otra vez. 

Como que el no me conoce muy bien. El cree que soy como las zorritas con las que el se acuesta. Pero va a saber ahora mismo a lo que me atrevo hacer.

En un movimiento brusco le di un rodilla en la entrepierna. El se arrodillo agarrandose sus queridos amiguitos.

– Te dolio mucho– digo chistosa.

Estaba por salir de la oficina del entrenador cuando el dice:

– ¡Maldita, me las pagarás!– grita.

– ¡Estaré esperándote!– le grito para que me escuche.

El cree que yo le tengo miedo. Ignoro lo que dice y Sigo caminando, para llevarle las bolas al el entrenador.

– Ya era hora que llegaras. ¿por que te tardastes tanto?– me pregunta serio.

Si se enterara por que me tarde tanto. Pero como soy tan buena, no le voy a decir nada de lo que ocurrió– digo con sarcasmo,pero en mi mente.

– Fue, que no encontraba las bolas.

– Okey, pero para la próxima vez, no se tarde mucho y siéntese a lo que llegan los chicos.

Fui y me sente en la banca a lo que llegaban. Saco mi teléfono y me pongo los audifonos para escuchar musica y decido por poner la canción de Demi Lovato, "cool for the summer". Me encanta esta cancion por que trata de como es lo fresco el verano.

Me quede tan metida en mis pensamientos, que no me di cuenta que el entrendor me estaba llamando.

Me saco los adifonos, para ver que queria el entrenador.

– ¡SMITH!–grita el entrenador.–Busca las botellas de agua y unas toalla para los chicos.

– ¡¿Y donde están?!– le grito preguntando.

– Las agua estan en las neverita y las toalla en la banca al final al lado tuyo. Y no me grite.

Lo ignoro, me pare y busque las botellas de agua y las pongo en la banca. Cojo las toallas y la aguante a los que terminaban los chicos de entrenar.

Despues de unos 15 minutos terminan los chicos el entrenamiento. Les doy las toallas y las botellas de agua a todos, incluyendo a el idiota de Axel. Voy donde el entrenador, para saber si ya me podia ir a casa.

– Entrenador, ya me puedo ir, a mi casa.

– Si, y acuerdece llegar temprano mañana– me acuerda.

– Si entrenador– le digo y me voy.

Cuando llego al estacionamiento, me monto en mi motocicleta. Cuando voy de camino a casa, me parten un semáforo, porque se puso rojo. Me pongo a esperar, a lo que el semáforo se pone verde, pero de repente alguien toco la bocina.

Miro hacia al lado. Era un auto negro, tenía las ventanillas negras y no podia ver nada, ni la persona que me tocó bocina.

La tal persona que estaba adentro del auto, bajo la ventanilla y puede ver quien era.

Pero me quede impactada de quien estaba hay. No lo podía creer. Yo creía que el no iba a regresar. Pero no, el estaba ahí de carne y hueso.




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Axel en multimedia


Voten y comentes



Muchas gracias por leer mi historia. Que se la di fruten. Espero buenos comentarios y también que opinan de mi historia.



Att:Tiarangelis

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