Capítulo 39

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Llevo sentada aquí en la oficina de Esteban unos 20 minuto esperando a que llegue.

– Ahora si que me va a escuchar– escucho y se abre la puerta. Es un Esteban enojado y detrás de él está mamá.

– Hola papi, se que me vas a regañar, pero lo que hice fue porque se lo merecía– le digo con calma.

– ¿Y porque se lo merecía?– pregunta.

– Por perra y por cosas que no te importa a ti ni a nadie– le digo sincera.

– Cosas que no me importan, pero tenemos que estar nosotros para sacarte del problema.

– Yo no necesito su ayuda y no dije que me ayudaran.

– Si no te ayudábamos, que estaría pasando ahora– dice Esteban.

– Eso no me importa, lo que importa es que le di su merecido a la perra de Megan.

– Crista, hija, por favor sabes que lo que hiciste estuvo muy mal– me dice mamá con una voz dulce.

– Mamá yo se que estuvo mal, pero por Dios, no ves que ya todo el mundo me tiene cansa. Todos me mienten y sabes muy bien que odio que me mientan– digo un poco enojada.

– La vida es dura y a veces no se puede decir la verdad por lo mas que quieras.– dice mamá.

– Si y es muy dura, pero es mejor que uno sepa la verdad a que otra persona lo cuente o se entere y entonces va ser mucho peor– digo pensando en mi. – Si me van a castigar se están tardando mucho– digo y me cruzo de brazos.

– Claro que te vamos a castigar– dice Esteban.

– Pues que va a ser, estar en cierra en el cuarto sin poder salir a ningún lado.

– Si y ya que te expulsaron vas a coger clases aquí en la casa.

– Tu estas loco, yo no voy a coger clases aquí en la casa y les dije que voy hacer que me expulsaran– le digo enojada.

– No me hables así y las vas coger y punto– me dice bruscamente.

– Y punto nada, no me puedes obligar, antes que me obligas a algo me largo– le digo y Esteban al igual que mamá se sorprende por lo que dije.

– Como puedes hablar así– me dice mamá.

– Como mas, hablando– digo obvia.– Y si me van a obligar a coger las clases, me voy de aquí.

– Claro que las vas a coger y te vas a quedar aquí por las buenas o por las mala.

Se nota que ya mi propio padre me conoce, pero para que el vea a que me atrevo hacer, se lo voy a demostrar ahora mismo.

– Quieres ver a que me atrevo– lo desafío. – Mira– le digo y camino hacia la puerta.

Salgo y busco mis llaves de la motora en mi cuarto. Las encuentro y salgo de mi cuarto. Cuando voy bajando las escaleras, en la entrada esta mamá, Esteban y los guardaespaldas. Ellos creen que me pueden detener. Termino de bajar las escaleras y camino hasta donde están ello, pero no me dejan pasar.

– Te dije que nos vas a salir de la casa– me dice Esteban.

– Crista, me estas sacando de quicio. Tu no eres así, por favor hazme caso– me suplica.

– Mira mamá, no te quiero lastimar, pero es que no entiendes. Desde que nos mudamos aquí lo que hay son problemas y mentiras y eso me tiene cansa ya– le digo y les paso por lado.

DESTINOS CRUZADOS O A MUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora