Capítulo 21

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Crista

– Que acabas de decir– cuando escuche esa voz, me paralice. Después de tantos años, el piensa regresar. 

– ¿Y tu quien eres?– le pregunta el idiota de Axel a kyle.

– Yo soy una persona– le contesta. – ¿Y tienes algún problema con eso? le pregunta mi hermano.

– Claro que yo se que eres una persona. y no, yo no tengo ningún problema– le contesta Axel.

Me acuerdo que a kyle no le gusta que le hablen así.

Kyle se le acerca a Axel al igual que el retándose.

– No se venga a pelear– les digo a los dos.

Kyle se aleja de el, pero Axel lo mira fríamente.

– Ahora muévete y lárgate, antes que te parta la cara otra vez.

– Si, mejor me voy– dice Axel.

El se acerca a mi y me dice en el oído. 

– Pero acuérdate, tes pendiente que te estarán velando todo lo que haces, porque sino te va a pasar algo peor de lo que te paso– me dice y se va.

Me quede muda por lo que me acaba de decir Axel. Así que el tiene que ver con todo lo que me esta pasando y incluyendo el accidente. Me que tan metida por lo que me dijo Axel, que se me olvido que kyle estaba hay.

– ¡Crista!– me grita kyle en el oído.

– ¡Que!– le grito.

– No me esta escuchando– me dice mirándome.

– Pues fíjate que te estaba escuchando tanto de lo que me estabas diciendo que me dio artritis en todo el cuerpo– le digo con sarcasmo.

– Deja de usar los sarcasmos, que no me gusta nada– me dice un poco furioso.

– Perdona, es que hace muchísimos años que no se nada de ti, que hasta se me olvido ese pequeñísimo detalle de ti– le digo otra vez con sarcasmo.

– No pude hablar con ustedes por unos problemas que tuve– me dice.

– y para que regresaste– le digo y me siento en las escalera por la pierna.

– Vine por que me cambie de la universidad de Inglaterra para aquí a Los Ángeles– me dice sentándose al lado mío.

– ¿Y puedo saber porque?– le pregunto.

– Lo siento, pero no te puedo decir el porque– me contesta.– Y que haces aquí afuera, no se supone que estés adentro de la casa– me dice cambiando de tema.

– Lo que paso es que no tengo las llave de la casa y esta cerrada. Llevo dos horas y media esperando a que venga mamá o Alex y tampoco nadie coge mis llamadas y lo único que tuve que hacer es esperar aquí como una vagabunda de la calle– le digo enojada, por el mal día que tengo.

– Y entonces que hacia aquel imbecil aquí– me dice mirándome.

– Pues ese imbecil como tu lo llamas vino solo. Y yo preferiría mil veces estar muerta que llamarlo–le digo honesta mente.

El no dice nada al igual que yo. Nos quedamos uno 20 minutos en silencio.

– ¿Para que viniste para aquí?– le pregunto.

– Vine a hablar con mamá y pedirle disculpa– me contesta.

– La vas a esperara a lo que regresa.

DESTINOS CRUZADOS O A MUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora