Capítulo 40

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Entro a la casa y hay un pasillo, a la derecha me imagino que es la sala y la a la izquierda no se. Camino para la derecha y si, es cierto, es la sala.

Entro y me acuesto en el sillón más grande.

– ¿Hay algo de comida buena?– le pregunto a Axel cuando entra.

– Si, hay pizza de ayer en la nevera– me contesta.

– Caliéntamela y tráemela– le ordenó.

– Tu no me puedes mandar ordenes. Yo hago lo que yo quiera, esta es mi casa– me dice cruzado de brazos y frunciendo el ceño.

Sonrío y me paro. Me acerco a Axel lentamente.

– Por favor, sabes que tuve un día malo– le digo suavemente y me acerco lentamente hacia su cuello.

Axel pone sus dos más en mi cintura y me acerca.

– Sabes, te vez sexi y hermosa así– me dice mirándome a los ojos.

Me sonrojo un poco. No, esto esta mal yo no soy de sonrojarme con la persona y menos con Axel.

– Te vez hermosa sonroja– me dice y se me acerca, hasta que su nariz toca la mía.

Estando así, me pone un poco nerviosa. No se como todavía no lo e golpeado.

– Gracias, pero tienes cinco minutos para traerme las pizza y algo de tomar– le digo y me separo de el.

El gruñe y se va. Fue fácil mandarlo. Se que Esteban me tiene que estar buscando o Alex, pero eso no me importa ahora.

– Aquí tienes– llega con un plato en una mano y en la otra un vaso.

Cojo el plato y el vaso. Miro el plato y solo hay dos pizza.

– Estas dos pizzas no me van a llenar, así que caliéntame dos mas– le digo y le doy una bocado a una pizza.

– Me las voy a vengar– me dice y se va.

Ya cuando Axel me trae la otras dos pizza, me las termino en un segundo de la hambre que tenía.

– ¿Y que paso, que no estas en tu casa?– me pregunta.

– Nada que te importe– le contesto y miro para el techo.

Después de un rato los dos en silencio, yo le pregunto.

– ¿Donde voy a dormir?

Me mira y sonríe, pero no por felicidad ni nada, si no de venganza o maldad.

– En mi cuarto, junto a mi en la cama.

– Sabes con gusto acepto, no voy hacer como algunos libros que leo, que la protagonista discute con el chico que no lo va a ser, pero yo si– le digo segura y camino hacia las escaleras– No soy una divina, para adivinar tu cuarto, así que llévame.

El me mira con una sonrisa y sube las escaleras. Pasa dos puerta y la puerta a la derecha la abre. Entro, pero me sorprendo por el reguero que hay.

– Gua, pero que reguero hay aquí– le digo sorprendida.

– Lo se, es que no tengo tiempo para limpiar– me dice, cogiendo todo lo que esta en el piso y en la cama.

Cuando ya el termina, me siento en la cama.

– Me voy a ir a bañar. Y si quieres busca algo que ponerte– me dice y saca un bóxer y un pantalón de una gaveta.

Axel entra al baño de su cuarto y cuando escucho el agua, me paro y miro todo lo que hay. En una esquina hay una foto de el con Emilio, cada paso que doy, voy mirando todo. Abro una gaveta y busco una camisa que ponerme. Veo una negra que me gusta mucho, cuando la saco, pero hay algo que me sorprende mucho. Esta hay mi llavero. Lo cojo y esta igual que la ultima vez que lo vi.

DESTINOS CRUZADOS O A MUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora