Capítulo 31

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Llegamos a la entrada del bosque y todas las guaguas paran. Hace como una hora golpee a Axel con el pote de nutella que todavía estaba competo y creo que le hizo daño. Dejo de hablar y de molestarme. Mejor para mi, al fin había paz en el ambiente.

Nos bajamos todos de la guagua mientras vamos escuchando las instrucciones que nos dan.

– Se les entregará una tienda de acampar, son dos por tienda así que escojan compañero. ¡No se puede hombre y mujer, así que cuidado! Iremos a verlos cada noche para asegurarnos de que estén con alguien de su mismo sexo.

No se con quien yo pueda hacer de compañera ya que mis amigas andan por ahí pérdidas. Alguien toca mi hombro llamando mi atención y justo ahí tengo a Skay a mi lado.

– ¿Vas conmigo?– me pregunta en un tono tímido.

– Claro.

Vamos donde el maestro que está repartiendo las tiendas y cogemos una para las dos. Seguimos a los demás estudiantes hasta llegar a un área metida en un lugar donde solo se ven árboles y no se escucha el ruido de la ciudad, solo el de la naturaleza. Skay empieza a armar la tienda sola porque yo no tengo ni idea de como se hace. Ella dijo que no importa que ella lo podía hacer sola.

Al rato que la tienda esta armada dejamos nuestras mochilas. Los maestros llaman a su grupo para hablarles individualmente.

– Bien chicos los maestros a cargo me mandaron a decirles las reglas.

– ¿Más reglas?– los demás ríen de mi comentario.

– Silencio, como decía...deberán levantarse a las siete de la mañana porque el desayuno es a las ocho. Después comenzaremos con las actividades y al mediodía el almuerzo, y después la cena. Cada día va a ver distintas actividad, muchos aquí pensaran que esta gira es para divertirse y escaparse de su casa ¡Pues no! Aquí aprenderán a convivir con personas que no conocen, y entonces podrán desarrollar compañerismo y espero mantengan una sana convivencia mientras acampamos.

Por la noche nos acostamos a dormir a las diez de la noche, yo estaba muy cansada por el viaje. Así que caí dormida en cuanto puse mi cabeza en la almohada.

Imágenes pasan por mi mente como flashes, uno detrás de otro muy rápido, no logro distinguir nada en esas imágenes. Tan solo puedo identificar algo, el color rojo esta en todas. Hasta que se detienen y puedo ver bien lo que hay. Melissa esta llorando en el piso de mi casa al lado del cuerpo de mamá lleno de sangre y sin vida. Trato de gritar de miedo, pero nada sale de mi boca, de hecho no puedo moverme.

Miro al rededor y están los cuerpos de toda mi familia llenos de sangre. Es una vista horrible y quiero llorar, quiero correr, no me gusta lo que veo y quiero alejarme de todo.

– Crista– Melissa me mira asustada y yo no se porque. – ¿Por qué los mataste?

– ¿Que? Yo no lo hice, no los mate.

– ¡Tu lo hiciste!

– No– intento acercarme, pero ella retrocede.

Entonces mi cuerpo se mueve por si solo, ya no lo controlo. Levanto mi mano derecha y en ella tengo una pistola. Mi mano esta bañaba en sangre, pegajosa y caliente. La pistola le apunta a mi hermanita y ella llora asustada de mí.

Entonces tiro del gatillo y despierto, bañada en sudor y con la respiración agitada.

Solo fue una pesadilla, una muy horrible. Y no se por que soñé con algo tan horrible.

Salgo de la tienda lo mas rápido posible y me alejo del lugar. Camino y camino hasta encontrarme en un risco, los árboles se mueven con el viento frío y ahora me arrepiento de haber salido de mi ir da sin llevarme algo para abrigarme pero eso es lo de menos.

DESTINOS CRUZADOS O A MUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora