Capitulo 19

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Cuando les dije eso a los dos se pusieron nerviosos, pero vi algo del entrenador que se me hizo conocido. El hizo lo mismo que hace Alex cuando esta nervioso.

– No es nada– dice Alex todavía nervioso.

– Si no es nada, porque los dos están nervioso– digo y los dos se miran.

– No estamos nervioso– dicen los dos al unísono. – Estábamos hablando del partido– dice esta vez Alex.

Alex se cree que yo le creo, pero lo peor es que odio que me estén mintiendo

– No me mientan que no escuche eso. Y Alex si no sabes que decir no digas nada porque se cuando estas mintiendo, porque papá se ponía igual que tu– le digo un poco enojada.

Los dos se quedan callado.

– Como no piensan decirme nada, no se preocupe que no me interesa enterarme de eso que tanto me tienen que decir– les digo.

Mi celular empieza a sonar. Lo saco del bolsillo de atrás de mi pantalón. Y vi que en en la pantalla decía desconocido. Le doy a contestar.


Inicio de la llamada

– Que quieres ahora.

– Quiero saber si ya no vas a estar en el instituto– me pregunta una voz varonil y ronca.

– ¡Mira tu quien sea, no me voy a ir del instituto y si no, te estaré esperando a que me mates. Y si tu eres el que tienes el llavero que me dio mi padre, por mi quédate con el que no lo quiero de regreso!– le digo enojada.

– Eso esperaba– dice con gracia. – Te veo en el hospital o sino mejor en el cielo o el infierno y nunca pensé de volvértelo– dice y corta la llamada.

Fin de la llamada


– ¿Quien era?– me pregunta el entrenador.

– Que te importa– le digo.

– Crista, no le hables así a nuestro pa....– dice Alex, pero se calla por lo que iba a decir.

– A nuestro que– le digo curiosa.

– Nada– me dice mirando al entrenador.

– Mira, yo se que me están mintiendo y que algo me ocultan. Y se que cuando me entere de eso que me ocultan, no me va a gustar– les digo honesta.

Los dos se quedan callado.

– Adiós– me despido.

Cuando salgo del instituto voy en busca de mi motora. Cuando la encuentro me monto y la enciendo.

Salgo del instituto y voy directo a nuestra casa. Pero veo que algo no anda bien. Me paro en un semáforo y me doy cuanta que me están siguiendo. Cuando el semáforo se pone verde, acelero rápido para perderlos de vista. Pero no funciona porque me siguen todavía. Veo por el retrovisor, que bajan la ventana y un tiempo que estaba tapado con una pasamontañas saca un arma y me empieza a disparar y yo intento a que no me pegue ninguna y gracias al cielo no me pego ninguna. Sigo guiando y veo que a lo lejo hay un callejón. Acelero mas y cuando me acerco me meto rápido. Veo por el retrovisor que ellos lo siguen directo. Lo sigo hasta el final del callejón y veo que ya no me esta siguiendo.

Cuando llego a mi casa estaciono la motora y a toda prisa pasa un auto y bajan la venta y me empiezan a disparar. Me tiro al piso rápido, cuando ya se fuero mi madre sale rápido.

– ¡Crista!– grita.

Me miro mi cuerpo y veo que una bala me dio en la pierna.

– Hay Crista, estas bien– dice mi mamá llorando.

DESTINOS CRUZADOS O A MUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora