Voy a entrar a casa, saco la llave de mi bolsillo y la meto en la cerradura de la puerta.
No abro.
Oigo ruidos dentro, pero no son ruidos buenos, son murmullos en un tono alto y son indescifrables, así que entro despacio.
Las voces vienen de la habitación de Néstor y Katie sale cerrando con un portazo.
Se restriega las manos en la cara y suspira. Sabe que estoy ahí y aguanta las ganas de llorar.
Me mira e intenta sonreír.
–¿Has oído algo? –Pregunta acercándose a mí que sigo en la puerta.
–Acabo de llegar. –Asiente, besa mi mejilla y se va sollozando.
No lo hagas.
Ian, no.
Detente.
No la sigas.
Pero es muy tarde porque ya estoy corriendo detrás de ella.
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Perdóname, mejor amigo.
Short StoryPerdóname, mejor amigo. Perdóname por traicionarte. Perdóname por fallarte. Perdóname por no poder controlar mis sentimientos. Perdóname por no haber sido capaz de decírtelo. Perdóname por ocultártelo pero, créeme, así es mejor. Perdóname por cuidar...