Perdóname, mejor amigo.

41.

Me mira con dureza que acaba transformada en ternura cuando oye mis para nada silenciosos sollozos.

Se descruza de brazos y entra haciéndome a un lado, cerrando la puerta.

Acto seguido, me abraza con firmeza mientras sigo llorando sobre su hombro.

Nunca pensé que lloraría tanto en tan poco tiempo.

-Ian, tranquilo. Estoy aquí, me tienes aquí, cariño. -Me consuela acariciando mi nuca.

Se pone de puntillas para alcanzar mi altura y me aferro a su cintura pegándola a mí con todas mis ganas.

Mis manos y brazos cubren la mayor parte de su pequeña espalda cuando la envuelvo y sollozo.

No la quiero soltar, no quiero que se vaya, no quiero que se aleje, no quiero que otra persona la abrace de este modo, no quiero que nadie la ame como lo hago yo.

Así que por una vez, no la dejo ir.

-----

¡Hola, hola!

Muchísimas, muchísimas gracias a las personas que me han apoyado con sus palabras de ánimo.

Sé que poco se puede hacer a través de internet, pero todo lo que me han dicho me ha llegado al corazón, me han hecho no sentirme tan sola y eso es lo que una persona necesita, a veces.

Me encuentro un poco mejor, parece que el bajón y problemas de hoy se han medio-solucionado, así que he querido subir dos capítulos de agradecimiento.

Muchas gracias a todxs.

¡Nos vemos!

Kat.