Sólo tú y tu ausencia

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Sábanas frías,
almohadas húmedas.

He sido destinado a vivir
alejado de tu presencia,
de tu presencia divina,
de tu presencia perfecta.

No tengo nada en qué pensar
más que en tu recuerdo
irremediable.
Irremediable,
como mi corazón maltrecho,
que ha hecho lo irrealizable
para poder tenerte junto a mí.

Pero eso no basta,
esta cama fría se congela,
tu ausencia me devasta
y basta sólo una palabra
para soñarte junto a mí.
Soñarte;
es eso lo único que puedo hacer.

Imaginar que estás acá,
contando los segundos junto a mí.
Soy un hombre complicado,
me sobra amor, pero me falta fortuna. Me sobra ambición,
carezco de valentía.

Cada día es más triste que el anterior, el viento sopla fuerte
y tú no estás junto a mí.
La lluvia cae insaciablemente
y tú no estás junto a mí.
Busco resguardo entre tus ojos,
más tú no estás junto a mí.

¿Y ya qué puedo decir?;
no me culpes a mí,
culpa al destino incierto
que me aleja de ti.
¿Cuál fue mi error?:
me acostumbré.

Me acostumbré a sentirte
siempre junto a mí,
me acostumbré a sentir
amparo en tu mirada,
me acostumbré a tu olor,
a tu pelo,
a tu sabor siempre perfecto;
a esos besos mojados,
que me hacían hallar consuelo cuando este mundo
imprudente se aprovechaba de mí.

No fue mi elección enamórame,
sólo tuve la mala costumbre
de acostumbrarme a ti

¿Y ahora quién me consuela?
Si en la distancia tu voz se pierde,
el calor que me proporcionabas
fue reemplazado por esta soledad ruin.

Digo poseerte,
pero no te tengo.
Digo amarte,
pero no estás aquí para demostrarlo. Digo ser el hombre de tu vida,
pero tu vida no puede estar más lejos de la mía.

Recordar sólo acelera el resentimiento;
cada beso,
cada palabra,
cada abrazo mudo
que decía más que cualquier discurso.

Cada fotografía
que plasmaba el universo para mí,
y que ahora,
son la única compañía
de éste hombre insensato
que no soporta el mundo sin ti.

Caminos separados,
el mismo corazón. 
Sé que cuando nos volvamos a encontrar
será realizar un hecho utópico,
pues la lejanía es nuestro refugio,
el silencio es nuestro consejero,
y la soledad nuestro respaldo.

Ya no te tengo,
es cierto,
pero tengo estas noches cálidas,
que tanto te gustaban.
Tengo el cielo estrellado,
que me recuerda tu sonrisa.
Tengo un cielo descubierto,
y tengo una certeza;
que tu mirada,
como la mía,
arriba se aposenta.
La distancia nos separa,
pero esta luna nos acerca.

Sol de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora