Hola, querida.
Esta noche te amaré,
a ti y a la vida.
A ti y a todo en lo que crees.
Esta noche la luna nos verá juntos
por última vez.
Te amo desde siempre,
desde antes de saber que existías.
Te amo cada día,
te amo sin medidas.
Hoy te abrazaré más fuerte que de costumbre.
Hoy te amaré un poco más,
hoy te besaré como nunca,
hoy no te voy a soltar.
Abrázame, linda,
hoy no es un día normal.
Hoy la luna se viste de cómplice,
hoy el tiempo nos va a esperar.
Tus labios son inevitables,
hoy tus ojos son incomparables
y amaré cada centímetro de ti,
por última vez.
No eres mía ni de nadie,
eres libre como el aire;
danzas atrevida sobre los años,
sonríes divertida ante los problemas.
Ahora el único problema
es que no podré apreciar tu libertad,
que serás libre sin mí,
que nunca nos volveremos a encontrar.
Que mi vida se acaba,
que la tuya comienza.
Mírame hoy,
y que esa mirada dure para siempre,
como el amor que te prometí,
como un amor, que nunca acaba.
Mi vida siempre fue tuya,
de tus manos, de tu luz que no se opaca.
Hoy la vida nos separa,
pero el fulgor de tu alma
no se apaga.
Toma mi mano una última vez,
no me sueltes todavía.
Eres el viento que me toca,
eres la luz sobre mi vida.
Eres mi eternidad,
eres la felicidad
disfrazada de capricho.
Eres la palabra más bonita,
que jamás haya dicho.
No quiero llorar, ni que llores.
Hoy será un gran día.
Hoy perpetuaremos el amor,
hoy nos colmaremos de alegría.
Hoy no veremos la vida pasar,
hoy la vida se paseará por tu sonrisa,
hoy la vida será eterna,
hoy el tiempo no tiene prisa.
Así que bésame,
besa mis labios.
Besa mi alma;
no porque me voy,
si no porque tú te quedas.
Te quedas con mis besos,
te quedas con mis sueños,
te quedas amando,
te quedas contemplando mi partida.
Yo me voy por la avenida
que me aleja de tus labios.
Llevo años viendo los mismos ojos,
la misma piel.
Llevo años amándote,
llevo años pensándote.
Tú llevas años conmigo,
tú te disfrazas de abrigo
y abrazas mi ser.
Pero hoy será la última vez,
pues te dejo.
Te dejo mi vida,
te dejo nuestros recuerdos.
Yo me voy sin remedio,
pero quiero que tengas en cuenta
que siempre te voy a amar,
y que si algún día me alcanzas,
no nos volveremos a separar.
Me voy,
y no pienses que no me duele.
Las despedidas suelen dolerme más de lo necesario.
Pero hoy no hay remedio,
y aunque un nudo en la garganta me quiera asfixiar,
gritaré te amo con la suficiente claridad
para que sepas que es para siempre.
Para siempre,
como los prometimos en aquel verano.
Ayer la vida nos dio un regalo,
hoy la misma nos quiere separar.
Te esperaré a donde quiera que vaya,
Te amaré en la eternidad.
