Azul

63 2 0
                                    

La amo, que desfachatez más grande.
La amo, y no lo puedo creer.

Ella, que es tan bella.
Ella, que no tiene comparación.
Anda por el mundo vacilante,
yo camino detrás de su vacilación.
Camina perdida entre la gente,
quizás sin ningún rumbo.
El mundo le dio la espalda,
o tal vez, ella le dio la espalda al mundo.

La gente no nota su presencia,
es sólo un ser más que se alimenta del tiempo.
Si supieran lo que habita en su mente,
pero ella no está entre nosotros,
ella no está entre la gente.

Ella, que no encuentra clemencia en este mundo despiadado,
Se resguardó en sus memorias y en un libro desgastado.
Un café la acompaña las mañanas
y unas ganas oscilantes de crecer.
Una soledad inapelable,
una luna vagabunda
que ya no le interesa ver.

Deambula sola,
por las mismas calles de siempre,
Levanta la mirada de vez en cuando, no tiene un destino,
no tiene un fin;
sólo un sinfín de preguntas
que tal vez nunca logre contestar.
Sólo un vacío inmenso
que nadie ha logrado llenar.

Ella, que nunca necesitó de maquillaje,
ni de pretensiones,
ni de alguien que alabara la belleza,
que ella no cree tener.
Nunca nadie le interesó lo que pensaba,
nunca nadie la quizo conocer.

Ella, navega indecisa sobre recuerdos.
Tal vez le hagan daño,
pero es lo único que aprecia,
es lo único que tiene.

Habita como un fantasma,
en su cara se plasma
la tristeza que arrastra con ella.
Yo la miro desde lejos,
es una hermosa con complejos,
es un ángel con cuerpo de mujer.

Ella no tiene dueño,
ni miedos, ni cerrojos.
Sus negros ojos,
ya cansados de llorar,
se secaron con el tiempo.
Su miedo a la soledad lo superó hace mucho,
Desde que se percató
que estaba sola en el mundo. 

Ella no sabe que la observo,
No sabe que me acompaña en mis sueños.
Vive con sus traumas, con sus recuerdos,
Yo vivo con la esperanza de conocerlos.
Ella, que camina entre la lluvia,
no le importa mojarse.
Vive indiferente del mundo,
no le afecta su entorno, prefiere no preocuparse.

Yo me preocupo por ella,
Por ella, que no le preocupa nadie,
Por ella, que ha vivido mil desastres,
Sigue de pie, buscando redención.
Ella no necesita pretendientes, ni detalles,
El único detalle es que es más fuerte que ayer.
Ella, que se cansó de luchar,
ahora tiene un corazón de papel.

Ella camina distraída, no sabe que existo.
Yo existo cuando la veo, yo existo cuando la encuentro.
Yo la veo pasar y me doy cuenta que la amo,
No por su belleza inexorable,
ni por el misterio que la invade,
Si no por ser tan ella, donde quiera que se halle.

Sol de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora