Un poema sobre tus ojos
esto es.
Una sinfonía a los despojos.
Un clamar desde mi pluma hasta tu piel.
Es el gris del cielo
el espectro de mi alma,
Y el rojo del infierno
el color de mi esperanza;
Pero en tus ojos
encuentro el verde más solemne.
El iris más eterno.
El momento más brillante.
¡Qué inhabitual epifanía!
¿Son tus ojos o el paraiso?
Ni el mismo dios lo sabría.
dios rezaría para que nunca los cierres,
ni si quiera dios entendería
el universo contenido entre tus sienes.
Son tus pupilas
el ocaso del dolor,
Y tus párpados
lo más profundamente aborrecido,
pues cuando se cierran
Privan de luz al mundo.
Es el color de las montañas
El germinar de tu mirada,
Y cuando tus ojos se abren,
Se produce
El taciturno fulgor de la mañana;
Pero cuando el atardecer
Alcanza tu pupila,
Se baña con estrellas
La noche helada.
Tus ojos, cristales hechos de laurel,
Son la religión
Del afortunado que los ve.
Y tus pestañas
La más envidiada existencia,
Pues todas las noches abraza
La representación más literal de la belleza.
