Y allí te encuentras,
tirado una vez más,
esperando una mano que te venga a rescatar.
Aguantando cómo puedes,
te arrodillas ante el mundo,
sientes morir por un segundo,
pero tienes que continuar.
Levántate; aún queda luz en tus ojos,
aún hay motivos para luchar.Pero la esperanza se disipa con el tiempo.
La oscuridad se alarga,
la vida se consume
en esta pobre condición amarga.
No hay manos, no hay amigos,
no hay familia ni cobijos.
Sólo queda un tiempo que no perdona,
un silencio inapelable,
una muerte que esperar.
Un abismo, un dolor inquebrantable,
un delito sin culpable.
Un final.Has vivido entre las sombras,
nadie entrará allí para salvarte.
Tú estás tirado, y más que apoyo,
buscas un motivo para continuar.
Hace mucho que no lo hay.
La motivación se perdió en los ojos
de aquel chiquillo
que quiso ser astronauta,
ahora, la única pauta
es no perder los estribos;
pues caminas entre los vivos,
pero la vida hace mucho que no tiene sentido.Estás tirado,
y ya no intentas levantarte.
La vida no se paró a esperarte,
el mundo siguió su curso.
Tu alma nunca cruzó el umbral.
Ahora, cerca del final,
sólo queda vivir con el tormento, abrazar el sufrimiento.
Luchar por no morir,
o morir en el intento.La felicidad,
que efímera se escapa entre tus dedos,
ya no se detiene a saludar.
La luz se consumió en la boca
de quién no te quiso besar.
La esperanza se perdió con las palabras
de quien dijo siempre estar.
¿Y ahora quién está?
Si en la tempestad se ven los tuyos;
contigo no estuvo nadie,
contigo nadie va a estar.Y te conviertes en un chiste,
un chiste monótono y aburrido.
La realidad perdió sentido,
el sentido ahora está en tu mente.
Sueñas tanto,
que de tanto soñar te olvidas de adueñarte del encanto.
Sueñas tanto,
que la vida se perdió en el canto
de un ruiseñor.
Apostaste tanto por sus ojos,
que el amor te convirtió en un perdedor.Ahora,
con los sueños demacrados,
con temores obstinados
que quieren verte padecer.
Ahora,
que al parecer no hay esperanza,
que el tiempo avanza y te mira retroceder.
Ahora,
que la soledad te alcanza,
que la oscuridad te abraza
y ya no hay nada que perder.
La noche te garantiza un nuevo amanecer;
aún tienes una vida que entregar,
sólo te queda un motivo,
una razón para continuar:
luchar por ver su sonrisa
antes del final.