Enero

31 0 0
                                    

Hace mucho no encuentro las palabras.
Ni la forma.
Ni el modo.

Hace mucho mi corazón dubitativo
no encuentra el motivo
para luchar.

Hace mucho que no vivo,
mas un entorno repulsivo
fue suficiente para sucumbir ante el papel.

Fui un ser maquiavélico,
que deambuló melancólico
en el ocaso de la vida.
La razón de mi partida
fue una musa ennegrecida.
Fue una dama compartida.
Fue mi vida sin tu amor.

Pero hoy
el sosiego me quiere volver ciego.
quiero arder con las palabras.
quiero golpear aunque no abras.
quiero gritar aunque no escuches.

Le escribo a quien no me lee,
Inspirado por una musa que no sabe que existo.
Invoco sombras, para olvidar lo que me duele,
Buscando el amor que nunca he visto.

Alejé lo que quería,
me aparté de lo que amaba.
Mi alma se perdía,
mientras mis demonios se encontraban.

Me encontré perdido en mi propia miseria,
nadie me dijo que la histeria
sería la razón de mi poesía.
Poesía negra, poesía muerta.
Poesía renacida
para salvarme de la vida.

Me abandoné,
entre tormentas de aflicción y el frío de septiembre.
La vida me enseñó,
entre otras cosas,
el poco pervivir de un para siempre.

Hoy me reencontré con mi trastorno,
El desafío fue vivir para contarlo.
Morir en el intento,
un placer para mi entorno.
Vivo del amor,
existo para encontrarlo.

Hoy me desperté con ganas de un poema.
Un poema breve,
como el primer mes del año.
Un efímero resquicio
por donde se escape el daño.
Un poema magnánimo,
que me alivie el ánimo a través de los problemas.

Un poema gris,
que le de color al sin fin de mis delirios.

Sol de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora