¿Era el cielo o el iris de tus ojos?
Jamás lo supe.Te debía un poema lerdo.
A ti, y a los verdes ojos en los que me pierdo.
Te había escrito demasiados ya,
pero te sigo debiendo muchos más.A tus dientes y a tus manos,
A tu pelo y a tu olor.
Le debía un poema al sabor de tu ausencia,
que es el porqué de mi dolor.Te debía una débil rima,
que no llenara tu vacío.
Le debía un coro a tu indiferencia, que no es más que mi suplicio.Te debo la vida entera,
pues mi vida es tuya y no mía.
Besarte es una quimera,
tocarte una utopía.
Misantropía la tuya,
la que me quema los días.
Enajenada mi existencia,
condenada a servirte a ti,
y al paraíso que se esconde en tus ojos.Te debo mi piel y mi sangre,
Mi corazón y mi pluma.
Tus labios,
un deseo inexorable,
Alcanzarlos sería un verano en la luna.Te entrego las palabras que te debía, aunque jamás las leerás.
Te doy el aprecio que no encontrarás,
Mientras yo sucumbo en el letargo amargo de tu apatía.Mi deber es pagar lo que te debo,
Tu deber es sonreír sin mí.
Mi pesar es llorar porque te quiero,
Mi destino, claudicar por ti.Por ti, que callas el silencio con un suspiro,
Por ti, la perfección a la que aspiro.
Sólo por ti, y por el verde mar que contienen tus pupilas,
Tan sólo por ti, y el regocijo que implica
ver tus ojos cuando me miran.
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