Tiempo... ¿A dónde me llevas?
Soy un hombre errático,
que errático choca contra la realidad,
una y otra vez.Y me levanto una vez más,
pero ya no tengo voluntad.
Mis pies están cansados,
mis manos maltratadas.El tiempo se burla de mí,
mientras me mira padecer;
y aquí estoy una vez más, maldiciéndolo,
porque las mejores cosas
se me han ido.
Porque las peores cosas
siempre duran más.Aquí estoy;
en el mismo maldito lugar,
en la misma situación,
viendo como las personas que amo
envejecen,
como mi latir se desvanece.
Depresión se adueñó
de este cuerpo moribundo,
que hoy sólo busca un punto
donde morir en paz.Me estanco
en esta condición,
estar a merced
de su ruin satisfacción.
Verme morir en vida,
verme vivir en el dolor.Camino sin sentido
hacia ninguna parte,
cada paso es una agonía,
pensar que todavía
me quedan cosas por hacer:
desfallecer,
terminar con esta pena
y dejar mi mundo arder.
La vida no vale la pena,
la pena es luchar por algo
que no tiene sentido,
y mi sentido aquí
es fallecer.Sigo recibiendo felonía,
día tras día.
Más ya no siento nada,
mi corazón
es una cueva abandonada,
mi alma
es prisionera de un mundo infame.Maldito tiempo,
maldito tú, que todo te lo llevas; maldito tú, que todo me lo quitas.
Lo que amo
está distante,
lo que odio
me susurra al oído a cada instante.Maldito tiempo,
que asesinó a destino
y tomó el papel de verdugo,
para matarme en vida
y dejarme agonizante
en este mundo sin piedad.Sólo soy un hombre muerto
que vaga entre estas personas
que dicen vivir,
pero yo los veo a todos igual. Caminamos sin ningún sentido
y soy yo el único que lo nota.Nacer
ya es empezar a padecer,
mi padecimiento comenzó
desde que te llevaste su rostro,
tú, tiempo hijo de puta,
tú que todo me lo arrancas,
tú que todo te lo llevas.Las manos,
Que hoy te escriben,
mañana sólo serán
huesos pudriéndose.
Mañana se acabará el tormento
y sólo seré un recuerdo.Pero,
¿recuerdo para quién?
Mi recuerdo se esfuma
como mi tacto sobre su piel,
sólo soy un hombre solo,
que vaga solamente sobre el papel.Mi recuerdo
sólo fallecerá
como mi cuerpo inerte,
que se caerá
ante los pies de la muerte;
una muerte sublime,
que bastará
para que cese el tormento,
para encontrar la paz.Una paz perpetua
que me librará del tiempo,
del destino,
del sufrimiento.