Rojo atardecer

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Creíste romperme,
creíste que moriría sin ti.
En parte creíste bien,
en parte aprendí a sufrir.

Me dejaste, y no te culpo por ello;
culpo a este débil corazón,
culpo a esta mente pequeña
que te sintió dueña,
de mi espacio, de mí.
Me dejaste, hace mucho ya,
dicen que las heridas sanan con el tiempo.
El tiempo no es suficiente para olvidarte,
aunque el corazón ya va mejor,
sólo me duele cuando late.

Prometimos estar juntos para siempre,
prometimos amarnos toda la vida.
Tú te fuiste,
yo me quede en ese pasado,
en el que yo era tan tuyo,
y en el que tú nunca fuiste mía.

Te recuerdo con dolor,
porque ahora sé que nunca fuiste sincera.
Te recuerdo con amor,
porque a pesar de todo, para mí,
valió la pena.
Porque amé como nunca lo había hecho,
porque aunque ahora me encuentro solo en este crudo lecho,
no hay nada mejor que pensar en tus ojos
cuando me abrazan estas sabana frías.
Creíste romper mi corazón,
lo lograste,
pero tu recuerdo lo repara todos los días.

Y yo no puedo dejar de sentirme como un idiota,
abrazo tu recuerdo,
me aferro a una historia ya desaparecida.
Le escribo a quien no me lee,
le entrego todo a quien no le interesa mi vida.
Así he vivido mis días,
corriendo en un laberinto que no tiene salida.

Te di mis sueños,
tú me diste promesas.
Te di mi vida,
tú una copa servida
de mentiras.
De ilusiones.

Te fuiste como llegaste,
una frente muy alta,
una falda muy corta.
Una sonrisa, un compromiso que ya no importa.
Un te quiero que se perdió en el tiempo,
una historia que se quedó muy corta.

No te odio por dejarme de la manera más ruin,
ni porque tu para siempre tuvo un muy pronto fin.
No te odio,
ni me arrepiento de conocerte,
ni de perderte.
No te odio,
pues gracias a ti, hoy soy más fuerte.

Así que no pidas que olvide,
no me pidas que haga como si nunca te hubiese visto,
como si nunca te hubiese besado,
como si nunca hubiese amado como lo hice,
como lo hago.
Y dime tú; ¿qué hago?,
si tu piel es el más dulce pecado,
tu esencia huele a perfección.
No tengo control sobre esta mente,
ni sobre esta mano que sólo quiere escribirte.
Yo me perdí en el viento,
pues el tiempo no pasa desde la ultima vez que te vi,
no quiero olvidarte,
sólo aprender a vivir sin ti.

Sol de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora