Me voy,
no sin antes recordarte que te amo.Se quedará tu olor en mi camisa.
Tomaré tu rostro en mi memoria.
Llevaré tus ojos en mi sonrisa,
y ante la prisa;
Le diré a la brisa
que te acompañe por las noches.Me voy,
y tal vez no nos volvamos a encontrar.
Caminaré tan lejos,
que no me alcanzará la vida para regresar.
Es probable que en el camino te piense,
es posible que no te pueda olvidar.
Es más que probable que muera en el intento,
aún así,
me voy sin mirar atrás.Me alejo de ti,
como el sol se aleja de la tarde.
Me duele,
Tus ojos ausentes me harán daño.
Tus manos,
carentes de presencia,
quemarán mi existir.Me voy, y no dejo nada;
sólo algunos recuerdos que se quedan bajo la almohada.
Me llevo mis versos y tus caricias,
lo siento,
no esperé que estuvieras para devolverlas.
Te dejo, no porque quiera,
si no porque ya no soy necesario en tu vida.No me dolerás tú,
me dolerá tu ausencia.
No me dolerá la vida,
me dolerá seguir con esta hermosa dependencia;
de ti,
de tus recuerdos.Te dejo esta carta.
Tal vez ya me hayas olvidado para cuando la termines de leer.
tal vez el tiempo sea piadoso y me permita envejecer.
Sólo tal vez.
Y si te veo en todos mis sueños
y me quedo en ellos
hasta perderme en mi propia locura,
Seré feliz en mi tortura,
pues no hay angustia alguna
en morir en tu dulzura.Me alejo de ti,
Como la luna se aleja del día.
Mis labios, que sabrán a melancolía, anhelarán tu piel.
Cien veces traté de alejarme.
Cien veces volví por ti.Pero si estás lejos de mí,
tu vida florece.
Por eso me voy.
Porque puede que sin ti yo no sea nada.
Pero lejos de mí,
encuentras el camino que tu alma mereceEl gris color que ha adoptado la vida no me supone desgracia.
Desgracia sería entristecer tus ojos. Desgracia sería quedarme a provocarlo.Me voy;
pero siempre te llevaré conmigo, te lo prometo.