Tómame hoy, tómame siempre.
esta noche apenas aparece,
este amor apenas florece.
Tus labios sabor primavera.
tus ojos color satisfacción.
Tu piel, olor a canela;
tu rostro, que siempre encuentra la manera de acabar con mi razón.
Tú, y sólo tú,
dueña de mis noches,
dueña de mi vida y de mis reproches.
Dueña de mis días,
razón de mi alegría.
Poesía para estos ojos que funcionan cada día
para ver tu perfección.
Tú, belleza inmaculada,
bésame esta noche
y que esta noche dure para siempre.
Que mi mente enajenada
no te suelte jamás.
Que nuestros cuerpos se unan,
y que la luna sea testigo de nuestra unión.
Tú, que eres amada por la naturaleza,
y que ésta se plasmó en ti
como la más pura belleza.
Quiéreme hoy y no me importa si me dejas;
pues si me besas,
no habrá tiempo suficiente
para arruinar mi complacencia.
Te quiero a ti, y a tu sabor tan exquisito;
amarte, mi delirio favorito.
Tus ojos, que son una ventana al infinito,
me llevan a un lugar
donde no pensarte es un delito.
Donde no desearte es tan absurdo,
como querer tenerte para siempre.
Mírame esta noche,
no tienes que decir nada;
tú, ilusión emancipada,
no existe mente más trastornada,
ni alma más entregada
que la mía.
Eres el comienzo y el final.
la entrada y la salida.
Eres la luz que le da sentido a mi vida.
Quiéreme si quieres,
pero quiéreme despacio.
Se parte de mi vida,
de mi tiempo y de mi espacio.
Piénsame de noche,
piénsame de día.
Eres tú la musa,
la razón de mi poesía.
Eres armonía
creada para estos ojos,
eres pura como el cielo,
eres única entre tantas.
No olvides que te quiero,
no olvides que me encantas.
Y ahora no sé si me enamoré de ti
o de tu sonrisa.
Si me perdí en tu olor
o en el de tu camisa.
No sé si enloquecí por ti
o por tu mirada.
Por tus ganas de ser libre,
de estar enamorada.
No sé si me quisiste,
o si me querrás mañana.
No lo sé.
Hoy sólo sé que te quiero
y que me muero
porque me quieras esta noche.
