Hoy me acordé de ti

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Una necesidad nació en mi pecho,
un deseo inexorable de ser libre.
De ser feliz.

Hoy recordé tu rostro.
Fue lo primero que vino a mi mente cuando desperté.
Desperté de un sueño profundo en el que no te tenía,
pero el sueño era real.
No te tengo, estás lejos,
tan lejos como para no verte,
tan lejos como para no percibir tu olor.

Y me di cuenta que hace mucho que no te tengo,
hace mucho que te besé por última vez.
Esta vez no hay retroceso,
y espero que entiendas eso;
esta vez no puedo volar sin ti.

¿Dónde están las promesas?,
¿dónde quedó todo el amor?
Amor que nos cobijó por años,
amor de locos, amor de extraños.
Y ahora tus ojos hacen estragos
en mi mente, en mi corazón.
¿Cómo pude vivir todo este tiempo sin ti?,
¿cómo haré para continuar mi vida,
si tú no estás junto a mí?

Hoy te recordé,
pero peor que eso;
recordé tus ojos.
Esos ojos hipnóticos,
que únicos,
curaban cualquier dolor.
Esos ojos  que, como pinceles, pintaban mi mundo de color.

Hoy mis días son grises,
como el cielo nublado que me acompaña con su llanto.
Un llanto insaciable,
un llanto demasiado prolongado
para el verano de tus labios.

Grises como este asfalto deteriorado que, como yo,
tiene cicatrices.
Que como yo,
ha sido pisoteado.

Así que hoy me acordé de ti,
de ti y tu sonrisa impecable,
de tu transparencia, de tu calor.
Hoy me acordé que te extraño,
que mis días son extraños;
que mis días no son días,
son sólo tiempo sin ti.

Hoy me levante,
y me acordé de ti,
pues no te encontraba.
Te hablaba, más tú no contestabas. Desperté de un largo sueño,
donde creí ser feliz sin tu presencia.
Pintaba sueños donde no había nada,
pasé la vida con una sonrisa en mi fachada.

Ahora despierto en una realidad absurda;
no estás tú, ni tus besos ni tu almohada.
Sólo estoy yo y una desafinada
guitarra.
Que me acompaña en mis sollozos,
en las noches demacradas,
en mis días ponzoñosos.

Hoy me acordé de ti;
de todos los momentos,
de todos los instantes.
De cada caricia, cada palabra, cada mirada intimidante.
Hoy me acordé de ti,
de tu comprensión,
de tu inmaculada perfección.
Hoy me acordé de ti,
y de cómo hacerte el amor.
De cómo besarte, de cómo amarte.
más hay algo que nunca podré recordar:
una vez más, olvidé cómo olvidarte.

Sol de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora