Capítulo 2

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-¡Oh Dios y después sus ojos como estaban en ti y no! ¡No las personas se quedaron calladas cuando tu y el y después el y después tu y yo estaba como Esa es mi chica! Pero tu...- M no deja de hablar de lo que sucedió hace aproximadamente 50 minutos y yo sigo con el estómago hecho un nudo deseando morir.

-¡Esta bien! ¿Ya me puedo ir a mi habitación Señorita Detective?.- Pregunto rodando los ojos mientras me levanto de su cama.

-Lo siento, si ya te puedes ir, es que sigo sin creerlo, el es tan hermoso S que simplemente no lo puedo creer.-¿Esta insinuando que no puedo atraer a un hombre hermoso?

-Si, como sea. Iré a dormir.- Me encojo de hombros y salgo de la habitación. Ya con pijama puesta miro mi despertador 10:59 pm, ya es tarde para pedir el teléfono a M y me deje marcarle a mamá. Ya será mañana.

-¡Sofy! ¡Abre tu!.- Grita, a veces se comporta como una adolescente.

-¡Hazlo tu! ¡Yo ya estoy acostada!- Escucho como ella se queja y abre la puerta mientras me burlo un poco de ella, Meredith siempre gana y esta batalla la he ganado yo, y es digna de festejarse.

-¡Sofía ven! ¡Alguien quiere verte!.- Ella grita y yo me levanto con pereza. Seguramente es el vecino que no me deja de cortejar. La hora que sea del día, el esta allí siguiéndome.

-¿Quién eres tu? ¿Tu me buscas a mi?- Apunto con el dedo índice, algo tímida, al gigantesco hombre parado en la puerta.

-Señorita Anderson, el joven Ivanovic me ha enviado personalmente a traerle esto.- El alarga su brazo y me ofrece una caja color morado, no parece caja de regalo pero tampoco parece que tenga una bomba adentro o algo así, pero ya sabes lo que dicen de los extraños... No les hables, no los mires, y lo mas importante no recibas nada de ellos.

-Esta bien, déjelo allí.- Apunto el sillón negro pero el niega.

-El joven Ivanovic me pidió que la caja se entregara directamente en sus manos, sin réplica.

-¿Qué? Que le sucede a ese hombre ¿Y como supo mi dirección? Es una especie de espía o secuestrador. Maldito maníaco.- Hago ademanes con las manos mientras tomo la caja a regañadientes.

-Bien, fue un placer conocerla, me retiro.

-Si, gracias y dígale al maníaco de su jefe que no se le envían cajas misteriosas con hombres misteriosos a las mujeres.- Sonrío y el me sonríe de vuelta.

-¡Ábrela!- M chilla y aplaude.

-No, tírala a la basura.

-¿No quieres saber que hay allí adentro?- Ella casi suplica.

-No quiero saber que hay allí adentro.

-Eres ridícula, si la tirarás entonces yo la abriré y disfrutaré el regalo, tal ves sea una cita con el y pueda domesticar a esta gatita.- Ella casi ronronea y yo me siento celosa de pronto.

-¡Lo abriré YO!.- Casi grito cuando ella se dirige a la caja.

-Bien.- Sonríe.

-Bien.

-Bien.

-Bien.

-¡Deja de actuar como una niña y abre la jodida caja Sofía!- Ella chilla y yo empiezo de desenlazar el nudo, cuando retiro la caja mis ojos ven un...

- IPhone 5c ¡Estás jodiéndome! Por Dios eso vale una pequeña fortuna, apenas salio hace un mes!.- Ella aplaude y carcajea de felicidad.

-Una pequeña fortuna que no pienso aceptar.- Le sonrío falsamente y ella frunce el ceño.

-Entonces dámelo a mi.- Se que me reta para quitármelo pero no lo haré.

-¡Oh Dios esa mierda está sonando!- Ella grita como loca. Agh, su voz es demasiado chillona.

-No.

-Entonces lo haré yo.- Ella alarga su mano al teléfono y rápido lo alejo de su alcance.

-Lo haré yo.- Declaro, contesto la llamada pero no hablo.

-¿Estás allí amor?.- Exhalo fuertemente y respondo.

-Si, y no me llames amor, deja de mandarme paquetes misteriosos con hombres misteriosos.

-¿Algo mas amor?.- Puedo escuchas su cínica sonrisa del otro lado y mi estómago se hace un nudo.

-Si.- Respondo con un hilo de voz.

-Pues habla, que sucede.

-Que no me llames amor.- Respondo entre dientes y carraspeo.

-Esta bien, te gusto mi regalo amor.- Enfatiza en la palabra amor  adrede.

-¡Ay chocante! ¡Que no me llames amor!- Chillo, no puedo evitarlo y río bajito.

-¿Te ha gustado? Te ha gustado el color, porque si no te ha gustado puedo mandar a Lenny que lo cambie y tendrás el que desees.- El amablemente ofrece y mi curioso pulso se acelera.

-El color esta bien, y el teléfono igual pero no pienso quedármelo, simplemente e demasiado para alguien como yo, ni siquiera nos conocemos y tu me envías un teléfono de 500 dólares.

-1,200 dólares nena, vale 1,200 dólares.- M secretea y yo ruedo los ojos.

-De que hablas, tenemos una vida por conocernos amor y claro que te lo quedarás. No sabes lo que mis chicos batallaron para encontrar tu número telefónico, y eso es porque TÚ no tienes uno, así que quédate con el.- Su tono es alegre pero un tanto amenazador.

-Bien.- Me rindo. No parece mala idea después de todo el es un maniático y me ha regalado un teléfono celular. Probablemente en pocos días tenga peleas en otros lugares y no vuelva. Entonces cambiaré de chip y asunto arreglado. Tendré celular nuevo pero no tendré a un maniático pisándome los talones.

-De acuerdo, pensé que sería mas difícil. Mañana enviaré a uno de mis chicos por ti.

-¿Por mí? ¿Por qué?- No me niego pero tampoco acepto.

-Quiero verte y conocernos mejor, así aceptas mis próximos obsequios amor.-El habla secamente, a penas lo conozco pero se que se enfadó.

-Nada de próximos regalos joven Ivanovic y nada de amor, por favor no me gusta ese sobrenombre, ahora si no te molesta estoy a punto de dormir porque mañana tengo asuntos que atender.

-Bien, que descanses.

-¿No preguntarás mi nombre?.

-No es necesario Sofía Anderson, que descanses.- Antes de que pueda responder el ya ha cortado la línea.

Es MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora