Acomodo mi cabello de nuev y veo a Damon girar los ojos y fruncir el ceño.
Me ha pedido que lo acompañe a recoger a su madre, y siento que es sólo un intento de pasar tiempo a solas para engatuzarme.
—Sólo es mi madre, no vas a conocer a la reina de Inglaterra. —empuja la puerta de la cabaña con desinterés.
Escaneo rápido la habitación y me encuentro con la madre de Damon. Es todo lo contrario a Marlene, la nueva esposa de Paul.
— ¡Ven aquí mi cachorrito! —ella grita con emoción y envuelvo con sus delgados brazos el cuerpo de Damon.
Jamás vi a alguien tan entusiasmado por ver a Damon, es una escena linda de ver, más por el sobrenombre que le ha puesto. Ella parece tan feliz de verlo que sient un poco de envidia; mi madre jamás me ha estrechado en sus brazos de esa manera.
Ella le da pequeños besos en la mejilla y aprieta sus brazos.
—Mamá déjame ir. —Damon gruñe y puedo ver sus mejillas rojas. Muerdo mi mejila para no reír.
—Pareces más musculoso que la última vez. —ella le da un último beso y sonríe.
¿Más musculoso? No puede aumentar su masa muscular de un día para otro.
La sonrisa simpática se borra de mis labios por unos segundos en los que veo a Damon mirarme con precaución.
— ¿De qué hablas? Me viste hace unos días. —ella pasa de su comentario porque ahora está mirándome a mí, y también porque lo ha dicho más para él que para ella.
— ¿Quién es ella? —su madre me sonríe y mi cerebro intenta recordar su nombre perono lo consigo, cada intento es fallido.
Miro a Damon esperando que tenga la mínima cortesía de presentarme pero no lo hace, nunca.
—Soy Sofía, un gusto. —digo, intentando disfrazar la frustración de que posiblemente sí me haya mentido.
Alargo mi mano pero ella toma mi muñeca y me da un tirón, regalándome dos besos a cada lado.
—Soy Annabelle, pero puedes llamarme Anne o Annie. —ella me sonríe y le devuelvo el gesto.
Es de estatura baja, su cabello es igual de castaño que el de Damon, casi caramelo. Sus ojos y sus labios, lo ha heredado todo de ella. Es una mujer singularmente linda, bella por naturaleza.
— ¿Trabaja contigo? —ella se dirige a Damon.
Él asiente y yo sonrío aunque por dentro algo me esté retorciendo. Estoy mejor así.
— ¿Es tuyo? —ella sonríe de nuevo y acaricia a Alaska, por un momento olvidé que venía conmigo.
—Sí. —respondo con una pequeña sonrisa.
—Oh, eso es grandioso. —ella le da una última caricia a Alaska y mira a Damon. — ¿Dónde están los demás? ¿Elena, Lenny y Christian? —pregunta alegre.
—Iremos a cenar a un lugar de por aquí, ellos ya están allá. —respnde con simpleza.
—Bien, ¿pues qué esperamos? —ella casi chilla y Damon voltea los ojos.
Después de dejar a Alaska en su corral subimosal carro. Damonconduce y su mamá va a su lado, yo estoy en el asiento de atrás, estoy bien así, yo lo decidí.
El camino al restaurante es silencioso pero cómodo, cada uno en sus pensamientos.
—Los hijos de Paul están viajando con nosotros. —Damon avisa y su madre se mueve un poco el flequillo en la frente. Me pregunto si ella ya los conoce.
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Es Mío
ChickLitSus ojos, sus manos, su boca mal hablada; han venido a sacudir mi vida como nadie. Amor, sudor, pasión, llanto, risas, dolor, alegría mentiras. Todo en un mismo huracán. Todo en un mismo hombre. El dice que soy suya en cuerpo y alma y sé que es así...