Es Mío

Capítulo 21.

—No tengo nada que ponerme, necesito un vestido y unos zapatos—le digo a Damon levantándome de su lado y mi pánico empieza a aparecer, ni siquiera sé dónde será la ceremonia, ¿Qué debería usar? Quisiera preguntarle a Hanna, pero probablemente me diría lo contrario a lo que es.

—Puedes ir al centro comercial, tienes todo este día y el de mañana para conseguir las cosas que estés buscando—él parece tan tranquilo que me empiezo a preguntar si de verdad irá conmigo.

— ¿Tú qué vestirás? —pregunto.

—Un short y una playera, o lo que sea. Ni siquiera quiero ir, así que me da igual la mierda que vista—él se sienta de igual manera que yo en la cama e ignoro su comentario de no querer ir.

— ¿De qué estás hablando? Tienes que usar pantalón de vestir y una camisa formal.

—De ninguna jodida manera usaré una jodida camisa y una puta corbata, sería patético y estúpido de mi parte—él me responde molesto y suspiro.

— ¿Puedes ir al centro comercial conmigo? —pido.

—No Sofía, ya he descansado suficiente, tengo que bajar a entrenar con Chris si no quiero que me pateen el culo en dos días, ve con Lenny—él me ofrece, pero me rehúso a arrastrar a Lenny a mis cosas.

—Le diré a Steven—es lo mejor, así él me puede ayudar a decidir que vestir en la boda de su madre.

— ¿Por qué a él? ¿Por qué no a Lenny? —él pasas la mano por su cabello y mis ojos lo escanean, de las mil cosas que me gustan de Damon, ésta es la tercera que me gusta más, tal vez.

—Porque así lo decido yo. No tienes por qué cuestionar cada paso que doy—pongo mis puntos claros y sus ojos se achican más.

—Como quieras Bambi, entonces te veo en unas horas—él besa mis labios y se para.

— ¿Sólo besarte por lo pronto? ¿Segura?

—Estoy segura—respondo. En realidad, no lo sé. Él sale de la habitación y unos segundos más pasan antes de que escuche la puerta de enfrente abrirse y cerrarse. Ya se ha ido.

*

—Gracias por acompañarme, en verdad—le vuelvo a decir a Steven y él se ríe.

— ¿De qué hablas? Está bien para mí—él dice mostrándome un vestido color verde menta.

—No me gusta mucho el color. Por cierto, ¿Cómo se llama tu madre? —le pregunto sosteniendo otro vestido color beige, y él niega con la cabeza.

—Es demasiado brillante y escotado. Se llama Marlene—él dice y miro el vestido en mis manos, es cierto. Demasiada lentejuela y un escote bastante grande.

—Tienes razón. Es hermoso su nombre—le halago y los dos levantamos el mismo vestido a la vez, riendo.

—Definitivamente tiene que ser éste, y sí, lo es. Gracias—él me entrega el mismo vestido que yo sostuve y lo cuelgo en un tubo—

Me lo robaré. No te alejes—le digo entrando al probador.

Cuando me miro en el espejo, mis ojos se abren completamente. Es un vestido hermoso y muy elegante. Es blanco de seda y encaje. En medio de mis pechos hay una abertura un poco grande y no tiene mangas. En la parte baja tiene encaje también así que permite ver todo mi estómago y una parte de mi espalda. Cae en una larga falda hasta e suelo con una abertura a un costado.

—Steven, ya estoy lista—aviso y mi rostro se pone rojo de vergüenza.

—Bien, sal para verlo—él dice y muevo con mis manos la cortina roja.