Capítulo 16

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—Secretos, ¿Tu no guardas secretos pantanos espantosos no es así?—le pregunto patéticamente al pequeño conejo que está dormido o algo así en mis piernas, luego acaricio sus largas y caídas orejas.

Los comentarios de Steven me dejaron aturdida, más de lo que hubiese gustado, parece que todo sale de una historia o de un tipo de película donde él protagonista oculta un terrible y oscuro secreto tras su sonrisa y carisma. El problema es que Damon nunca carga con sonrisas o carisma.

Esta mañana él parecía tan joven y tan alegre que mi corazón latía como si hubiese corrido una carrera kilométrica.

— ¿¡Quién eres tú?!—una chica chilla a mi lado y me apunta con su dedo desde arriba.

—Soy Sofía, soy una trabajadora del equipo—me pongo de pie, colocando al pequeño conejo en el corral y le saludo en la mano.

—Soy Hanna, hija de Paul y hermana de Steven—ella sonríe falsamente y yo respondo en un tono cortés pero tenso.

—Lo sé, un gusto conocerte—le sonrío pero mi sonrisa no llega a mis ojos. A unos metros de distancia se puede palpar una extraña tensión entre los dos.

— ¿Y qué hacías?—ella pregunta levantando una ceja acusatoria.

—Y-yo nada, solo estaba con los conejos, ya sabes, no había nada que hacer y yo solo...—

—De todos modos no me interesa lo que hagas—ella hace un mohín con sus manos y el coraje crece en mi estómago.

— ¿Has visto a mi hombre? ¡Llevo buscándolo todo el día y el simplemente no está!—la forma en la que dice "Mi hombre" con tanta naturalidad hace mi garganta encogerse, se a lo que se refiere y de quien habla.

— ¿Tu hombre?—pregunto para estar completamente segura de haberla escuchado bien cuando mencionó las palabras.

—Sí, Damon Alexander, El Tigre, mi hombre. ¿Sabes de quién hablo?

Ella parece tan territorial con Damon que empiezo a suponer que tal vez tuvo algo que ver con él, tal vez ella es uno de sus secretos de pantano. Viendo bien a la hermanastra de Steven, es un poco arrogante y prepotente en su tono, cuando él dijo que era extravagante me imaginé a una mujer punk o hasta dark. No a un mal remedo de Barbie rubia y chiflada reclamando a su "Hombre" a los cuatro vientos.

—Sí sé de quién hablas, no, no lo he visto—y aunque supiera no te lo digo.

—Osh, bien—ella da media vuelta y se va, suspiro fuerte y hago camino a mi recámara, llamaré a mi madre y tal vez a Meredith.

*

— ¿Hola?—responde la voz de mi madre.

—Um... Hola ma' soy Sofy—respondo nerviosamente por la burbuja de mentira que le he tendido, jamás le había mentido en nada a ella, ésta es la primera vez.

— ¿Qué es eso de ma', Sofía? Hazme el favor de hablas como una señorita derecha—ella me reprende y hago un caramelo en mi cabello con mi dedo y después lo retiro, y así sucesivamente.

—Yo, lo siento madre.

— ¿Cómo te va con las gimnastas? ni siquiera has enviado fotos o postales—ella me amonesta por segunda vez.

—Eh estado un poco ocupada, lo siento.

Cuando tomo aire para hablar, Damon entra al cuarto y frunce el ceño después de cerrar la puerta tras él.

Mi madre engañada del otro lado de la línea espera mi respuesta y Damon engañado está en mi cama sentado.

—Las gimnastas están bien—intento no hablar, con pocas palabras para que ambos no descubran mis nervios y mis mentiras pero no funciona.

Es MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora