Capítulo 10.

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— ¿¡Qué te sucedió!? ¡Ibas ganando la batalla y de pronto estás en el suelo!—Chris grita fuerte a Damon y todos en la sala callamos. Él ha perdido la batalla de hoy, todo el tiempo estuvo con ventaja, ganando, y de pronto en unos segundos él se dejó perder, o eso dice Chris.

—Está bien, sólo fue una pelea. No estoy fuera o alguna mierda— Ivanovic esta tan arrogante que ni el mismo se debe caer bien en este instante.

— ¡Ibas invicto! ¡Demonios! ¡NO PUEDES SEGUIR HACIENDO ESTO SOLO PARA QUE ELLA TE TOQUE!—Chris me apunta enfadado y me asusto aún más cuando una espalda ancha y fuerte se para frente a mí.

— ¡No la vuelvas a señalar de ese modo jamás! ¡Maldita sea! ¡¿Me has escuchado?! ¡JAMÁS!—Él me defiende ahora, pero sé que en cualquier momento arremedara conmigo.

— ¡Te lo dije! ¡Maldita sea! ¡Esto iba a traer problemas! ¡ELLA IBA A TRAER PROBLEMAS!— Chris está realmente enfadado. Camina a su cuarto de hotel y da un portazo.

Suspiro y entre todos nos miramos sigilosamente. Elena se encoge de hombros con miedo y Lenny, él mira a algún lado sin poder creerlo.

—Tengo que ir... a la cocina—Elena sale caminando.

—Yo iré a tomar aire—Aviso y me levanto del sillón.

— ¡NO! Tú, tú tienes que relajar mis músculos.

Casi olvido mis labores.

—Amigo, no creo que la sala de masajes se encuentre abierta a esta hora, son las doce de la madrugada—Lenny avisa.

—Lo hará en mi cuarto. Recoge tus cosas y tráelas—Me retiro a la habitación por la mochila y escucho a Elena entrar.

—Iré a hacer lo que ya sabes—La veo asentir y sentarse en su cama.

—Claro cariño, tendremos visita para entonces para que te des tu tiempo de arreglarte o algo—Hace un mohín con la mano restándole importancia.

—Empezaré por las piernas, recuéstate en la cama—Digo sin más.

Él me mira mal y yo ruedo los ojos.

—Bambi, no me gusta que me ordenen—Rezonga pero termina por hacer lo ordenado.

Suspiro y empiezo con mi trabajo.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?—Lo siento tensarse.

—Dila, de todos modos tal vez no te responda—Él es tan arrogante. Grandísimo idiota.

— ¿Por qué Bambi? ¿A qué viene eso?

—Fue lo primero que pensé cuando te vi. Eras como un Bambi, ya sabes, esa jodida película donde sale un pequeño venado asustado con sus castaños y grandes ojos con toda esa mierda triste—La imagen de un Damon de cinco años jugando con un pequeño mono en su mano mientras mira la película descrita hace que sonría levemente.

—Está bien—No está bien, no realmente. Me empiezo a preguntar si desearía más que me llame "amor" como en un principio a bambi.

Pero él me ha puesto así, se ha tomado la delicadeza de ponerme un nombre que sólo el dirá y eso hace a mi corazón hincharse.

—Tus padres, ¿Cómo son ellos?—Damon pregunta y yo subo a la cama masajeando sus brazos, y cada uno de sus nudos musculares.

—Ellos son...—Me toma algo de tiempo pensar como describirlos.

—Son difíciles, bueno, quiero decir, el hombre con el que está mi madre en realdad no es mi padre. Mi madre quedó viuda de joven y se encontró con William en su camino hace unos tres años. Él tiene dos hijas a las cuales quiero muchísimo, las veo como mis hermanas de sangre, ya sabes—Miro a sus ojos perdidos en el techo—Te debo aburrir con toda esta historia, perdón, me salí de contexto.

— ¡No! Continúa, te estoy escuchando—Él me mira y me regala una sonrisa casi invisible.

—Ella, mi madre, siempre quiere todo perfecto, todo debe ser como ella quiere. Ella me hizo estudiar medicina, no es que no me guste, pero prefería estudiar fotografía, simplemente me gustaba más que los medicamentos. Pero no había sustento económico suficiente para comprar la cámara y todas esas cosas. Así que me llevó a presentar a medicina y allí me quedé, ella a veces es difícil con su carácter, la mayor parte del tiempo quiere estar controlando todo, hasta hizo que llamara padre a Will.

— ¿Ella hizo eso? ¿Y por qué mierda la diste la razón?—El parece tan enojado que quiero besar su pequeña y carnosa boca.

—Es más fácil que intentar discutir con ella—Me encojo de hombros y aprieto los labios.

— ¿Y él? ¿Cómo es él?—Damon pregunta.

—Ya te he dicho muchas cosas y tú a penas me has contado pequeñas cosas de tu vida—Digo suavemente y el voltea su cabeza para mirarme.

—Soy Damon Alexander Ivanovic, tengo un perro llamado Luca, una madre llamada Ana y un padre muerto, eso es todo. Fin de la historia, nada importante—Él voltea su rostro otra vez para el techo y respondo su habilidosa respuesta.

—Eres un hombre de pocas palabras no es así, Ivanovic—Levanto una ceja y sonrío mostrando mis dientes.

—Créeme Bambi, así prefieres que lo sea. No has contestado mi pregunta, ¿Cómo es él?

— ¿Will? Bueno, William es igual que mi madre. Todo perfecto, siempre debajo de lo que la gente dirá, y juzgando cada paso que doy, pero no lo juzgo, él hace feliz a mi madre y con eso soy feliz yo también.

—Eres demasiado buena para ser verdad Bambi—Su voz gruesa raspa mis oídos y un escalofrío se apodera de mí.

—No lo soy, sólo soy una persona normal, creo—Me encojo de hombros y le hago señas para que se dé la vuelta boca abajo.

—Damon ha llegado tú...—Lenny entra al cuerto y calla en seguida viendo meticulosamente lo que hago con las manos.

— ¿Mi tío? ¿Ha llegado mi tío Lenny?—Damon se levanta y mira directo a los ojos.

—Sí, y trae compañía. ¿Creo que viene con tu primo?—Lenny responde más para sí mismo que para Damon.

—Bien, ya salgo—él se pasa una mano por el cabello y mis ojos traviesos se clavan en su apretado y duro trasero, él está delante dándome la espalda, así que nadie mira.

—Bambi, no salgas de aquí hasta que lo haga yo—Ordena duramente.

—Tranquilo, sólo es tu familia.

Guardo las cremas en mi bolso y me levanto de la cama Queen size.

— ¡Maldita sea! ¡Sólo espérame! ¿Está bien?

Damon malhumorado volvió.

Es MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora