Capítulo 14

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—Sofía... Sofía... Bambi, despierta—poco a poco el sonido es más claro, cada vez más cerca y más y más hasta que abro los ojos.

—Es hora de cenar—el rostro de Damon está a unos centímetros de mi cara y cierro los ojos de nuevo, tallándomelos por el picor.

— ¿Cenar?—pregunto suavemente.

—Sí, cenar. Te quedaste dormida hace más de cuatro horas y te brincaste la comida—él frunce el ceño y me estudia con la mirada.

—Está bien—intento levantarme pero su pesada mano descansa en mi estómago.

—No te pares, te lo he traído— ¿Damon trayéndome la cena? Suena a algo que me hace revolotear el estómago; asiento con la cabeza y me siento en el colchón.

Él coloca una mesita sobre mis piernas, después arriba de ésta, un plato con un bistec asado y verduras, él toma asiento en la silla de madera al lado de mi cama y me estudia mientras paseo el tenedor por las verduras hervidas.

Aún escucho la voz de Steven en mi cabeza, repitiendo una y otra vez lo que me había dicho "Dijo que fue un error" y mi apetito disminuye, ayer todo parecía perfecto pero debe saber que cosas como estas de un hombre ablandándose por una mujer solo ocurren en los libros como Orgullo y Prejuicio. Él solo vivía un día más con otra mujer, mientras yo vivía el mejor día de mi vida.

—Gracias—logro decir con mis ojos aguados, aun mirando el platillo en la mesita, mi mano derecha está lastimada y no puedo cortar mi carne con la izquierda, pero tampoco pienso sentirme un estorbo y hacer que él me ayude.

—Come—ordena con voz suave pero aun así no lo miro ni muevo un solo dedo—Te estoy diciendo que comas lo que he traído, maldita sea, me vas a volver loco—su tono es más severo las lágrimas derraman una tras otra, las limpio con mi mano izquierda rápidamente y respiro hondo intentando tranquilizarme, ahora que estaré con mi mano durante una semana mínimo vendada, él me despedirá de mi empleo.

— ¿Qué sucede? ¿No te gusta?—él ruge en mi oído y un escalofrío se hace presente.

—No puedo cortar el bistec con la mano izquierda—la vergüenza se apodera de mí y me obligo a mirar mi vendaje por pura distracción.

—Pensé que tenías alguna mierda o algo, y por eso no comías—él carcajea negando y comienza a cortar mi bistec.

— ¿Me vas a despedir ahora que estoy lastimada?—pregunto mirando sus manos cortando la delgada carne con cuchillo y tenedor.

—Sí—es su única respuesta y mi corazón se hace añicos. Suspiro profundamente y asiento con la cabeza mirándolo a los ojos, dorados y profundos como siempre.

—Está bien. Mañana recojo mis cosas, ¿O prefieres que lo haga en este momento?

— ¡Demonios! ¡Estoy jugando! Pensé seguir con esto pero ya veo que te echarás a llorar como siempre—él ríe y aleja sus manos de mi carne perfectamente cortada en cuadros.

— ¿Entonces no me correrás?—pregunto mirándolo y relamo mis labios.

—Nop—es todo lo que dice con una sonrisa de lado.

—Gracias—le doy una sonrisa genuina y empiezo a intentar comer con mi mano izquierda.

—Sí si como sea—él me resta importancia y teclea algo en su teléfono mientras pasa una mano por su cabello, por lo que supongo que algo malo ocurre.

— ¿Sucede algo?—pregunto y después introduzco una zanahoria hervida en mi boca.

—Tal vez—responde seco y sigue tecleando en su teléfono.

Es MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora