Ángelus©

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪᴏᴄʜᴏ.

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En la mañana siguiente, los pasillos del castillo se hallan en un completo silencio y tranquilidad, puesto que los reyes tienen junta con la corte de Tenma, en la cual la familia real debía asistir a primera hora, permitiéndole así a la gente del servicio, descansar. Pandora se encuentra en su habitación, frente al espejo con una carta en manos, que le había llegado de parte de su madre. Ella abre el sobre y nerviosa extiende la carta, mientras sus ojos se desplazan leyendo:

"Querida Pandora:

He leído una y otra vez tus inquietudes, lamento decirte que no encuentro solución a tu aflicción.

Deberías concentrarte en el príncipe Darius, pero eso sería contradecirte, puesto que te has encariñado con ésos pequeños, y conociéndote, me vas a ignorar por más que me respetes y eso lo respeto yo.

Has heredado el mismo carácter de tu padre, el de querer ayudar a todo y todos.

Pero no siempre podrás hacerlo, Pandora a veces el amor no es suficiente, y el camino se torna difícil, y como es consecuente de la vida, te estás dando cuenta de ello. Sé que quieres a ésos niños, pero te desvías de tu camino, y eso traerá consecuencias hija.

Admiro tus buenas intenciones; el de querer darles aunque sea unos buenos recuerdos, pero sabes que eso no cambiará nada, ellos serán tal y como se les instruya, por lo pronto, el único remedio que queda, es que sigas con tu meta, el de brindarles recuerdos felices. Como madre me apena y preocupan del mismo modo, y sé que el martirio se ha apoderado de ti, pero así como tú aceptaste tu destino, Leo y Alone deben hacerlo también, con valor y orgullo.

Debes convencerlos de resistir y mantener la frente en alto, son unos niños, pero tal y como los describiste, cada uno entiende a la perfección su situación; Leo no quiere que su reino sea un parque de juegos para él, y Alone no quiere ser un asesino despiadado, pero si eso se les enseña, lamentablemente eso serán... -Pandora lagrimea mientras tiembla, si su madre le dice que se rinda, es por que ya no hay nada que hacer.- Sé que es cruel que los dejes solos, pero bien sabes, que lo que hagas o digas ahora, sus Essai lo pueden contradecir.

Mi consejo como madre, es que estés a su lado, apoyándolos, siendo una amiga incondicional y servidora fiel, juega con ellos, mímalos, abrázalos y diles que todo estará bien, así, ellos sólo podrán recordar que al menos una persona los quiso de verdad, y tal vez eso sí, haga la diferencia. Pero no digo más, tú siempre supiste tomar decisiones correctas, estoy más que orgullosa de tu bondad hija, serás eterna".

Apoyándote y extrañándote.

Tu Madre.

P.D.T: Tus hermanos te mandan besos y abrazos, más fuerzas y apoyo moral, ahora mismo se ganaron una tunda por haber derramado tinta en mi mantel favorito. Te quieren y están orgullosos de igual manera hija, cuídate, siempre estás en mis plegarias.

Pandora suspira y seca sus lágrimas con el dorso de su mano, luego dobla y guarda la carta en su cajón, se oberva en el espejo y susurra:

-¿Así que apoyarlos eh? -baja la mirada pensativa- Bien, supongo que solo eso me queda por hacer, haré que estos últimos días, sean los que marquen la diferencia entonces.

Se para y abre su armario, mueve percheros mientras piensa:

"Darius no está. Otra oportunidad para estar con alguno de ellos".

Estira la mano y mueve las perchas automáticamente, buscando una buena opción para el día que avanzaba
normalmente.

Minutos más tarde, Pandora se encuentra caminando en los pasillos del castillo. Lleva puesto un vestido blanco y largo, de mangas largas ajustadas y sin hombros, corset de encajes con cintas cruzadas, y un collar como accesorio en el cabello suelto, que le cae en ondas sobre los hombros, los zapatos son chatitas con encajes y cintas que hacen moños en sus tobillos. Ella tararea una suave canción mientras que se cruza con las personas del servicio y los saluda con una leve y hermosa sonrisa.

Mientras tanto, en la habitación de Alone, Neherenia abre la puerta bruscamente con una sonrisa en el rostro, ingresa y corre las persianas mientras declara:

-Ah... es un día tranquilo, sal y respira aire puro, estúpido... hoy tengo muchas energías, lo cual equivale a muchos moratones más para ti.

La luz del sol ilumina la habitación decorada en beige. Neherenia se gira y observa a Alone en su cama, durmiendo tranquilamente boca arriba, con el rostro apuntando hacia ella y una mano en su vientre. Ella se acerca silenciosa, luego pone las manos en las caderas y piensa con seriedad:

"En definitiva... es un niño hermoso..."

Se sienta en borde de la cama observándolo fijamente mientras le recoge un mechón de su cabello que le cayó en el rostro, luego lentamente le acaricia las mejillas mientras piensa:

"Me va a divertir mucho sin duda alguna... sólo debo esperar que cumpla unos años más, y será perfecto... ya me imagino que tener semejante complexión, lo hará más que perfecto... sólo debo centrarme en formar un carácter digno de tal criatura, haré que sude, llore y sangre, todo con tal de hacerlo perfecto para el futuro... debe ser fuerte, tal vez lo odie, pero debo dejar mi marca en él... literalmente..."

Neherenia se para y se gira, luego grita:

-¡Alone!

Él se mueve y abre los ojos con pereza, luego se talla los mismos sofocado por el sol, y murmura:

-Neherenia... ¿qué hora es?

-Es tarde mocoso, arriba, tienes mucho que estudiar. -responde brusca. Alone se incorpora y murmura:

-¿Y mi desayuno?

-Es demasiado tarde para desayunar, espera al almuerzo. -le riñe con crueldad y el ceño fruncido.

-Pero yo... -balbucea él suave, observándola afligido, ya que su estómago comenzaba a quejarse. Neherenia abre su armario y dice:

-Pero nada... anda, arriba, o te levantaré a golpes niño.

Ella tira en su cama un mangas largas negro y unos pantalones grises, luego dice:

-¡Vístete, no tengo toda la mañana!

Alone asiente y se baja de la cama mientras Neherenia sale tranquila, lleva puesto un elegante vestido plateado como es costumbre en ella y su porte de la alta sociedad. Pandora llega a ése pasillo y divisa a Neherenia, pero sólo la ignora y sigue caminando, cruzándose con ella.

Ambas caminan observando el camino seriamente mientras se ignoran, pero
en el interior, consideran saltar contra la otra para resolver sus diferencias de una vez por todas y dejar a Alone en paz, o en martirio. Pero sólo pasan de largo y cada una sigue su camino, antes de doblar del pasillo, Neherenia se detiene y se voltea observando la espalda de Pandora, para cerciorarse de que ella no se acerque a la habitación de Alone. Pandora cruza frente la puerta de él, y sigue su camino mientras tararea a modo de burla, Carpe Noctem. Neherenia frunce el ceño sin entender, sacude la cabeza y desaparece por el camino sin nada más que hacer.